jueves, 29 de abril de 2010

Se questo è un uomo

La Copa de Europa (prescindiendo de cambios de nombre y estructura) tiene una antigüedad de unos cincuenta años. El equipo que más veces la ha ganado (ya saben cual es, no hace falta decir nombres) lo ha hecho en nueve ocasiones y uno de los mejores equipos del mundo (el nuestro) ha llegado a la final sólo seis veces ganando tres de ellas.

Lo que quiero decir con esto es que lo normal no es ganar esta competición, lo normal es no ganarla. Pero sucede que cuando se viene de una temporada que parece el guión de un capítulo de la doctora Quinn se adopta la hermosa costumbre de ganar. Y sucede también que la posibilidad de disputar la final en la guarida del enemigo era demasiado tentadora, sobre todo cuando faltó tan poco para conseguirlo.

Pasando ya al fútbol decir que una vez más se demostró que las eliminatorias a doble partido se suelen ganar o perder normalmente en el encuentro de ida. Decíamos hace una semana que un 3 a 1 era un resultado muy malo pero no catastrófico aunque de todos modos iba a ser muy difícil remontar frente a un equipo italiano que vendría de modo totalmente desprejuiciado a practicar el catenaccio.

La alineación de Guardiola presentaba en esta ocasión la novedad de hacer que Touré jugara en una extraña posición que la verdad no comprendí mucho. El resto del equipo era lo mejor que el Barça podía ofrecer. Pronto se vieron las claves del partido que, en el caso italiano, consistieron en una defensa de nueve jugadores con Sneijder tratando de cazar algún rechace o robo de balón para montar un contraataque y con Diego Milito en punta sin posibilidad alguna de crear ocasiones pero con la misión de retener la pelota y clavar en lo posible a los zagueros. Etoo se comportó como un defensa más. El resultado es que el balance ofensivo del Inter fue nulo pero eso es algo que sólo se te echará en cara si no pasas la eliminatoria.

Así pues el Barça, una vez más se dispuso a jugar un partido en el que iba a tener el total control de la pelota frente a un rival dispuesto sólo a defenderse, el hecho de que se tratara de toda una semifinal de la Champions contra un histórico del fútbol europeo no constituía ninguna diferencia. De todos modos pronto se vio que en esta ocasión las cosas iban a ser incluso más difíciles que de costumbre ya que el Inter se mostró prácticamente invulnerable y el Barça no encontraba ningún resquicio por donde colarse, a eso ayudó algo que, paradójicamente, ha sido una de nuestras señas de identidad en estos últimos años: el empeño por combinar y llegar con el balón controlado hasta que sólo haya que empujarlo dentro. Anoche este empeño se tradujo en que, en ocasiones, no se chutó por buscar ese último pase interior que casi siempre resultó interrumpido por la defensa italiana. A todo esto hay que decir que anoche las bandas no funcionaron, la derecha prácticamente fue inexistente en la primera parte, la izquierda mostraba una vez más las dificultades de Pedro para el desborde, la solución eran los pases por alto -que resultaron rechazados el 99% de las veces- o retrasar hacia el centro para buscar ese pase interior imposible.

Para colmo Ibrahimovic (sin duda siguiendo consignas de Pep) salió de la que es (o debería ser) su posición natural de nueve y ejerció en ocasiones de extremo y en ocasiones de media punta dejando en ambas posiciones claras señales, una vez más, de que va siempre a una marcha distinta de la del resto de sus compañeros.

Visto lo anterior es lógico que la primera parte se resumiera en un tiró magistral de Messi que no entró gracias a Julio Cesar. Aun así seguía habiendo tiempo de sobra para la remontada y tenía esperanzas de que tal cosa sucediera. La expulsión de Motta (seguramente Busquets exageró el golpe pero dicho golpe existió y si bien no era roja directa sí era la segunda amarilla con lo la decisión del árbitro puede calificarse de justa) no cambiaba nada en realidad de no ser porque daba una excusa, que nadie en Italia iba a pedir de todos modos, para que el Inter se retrasara aun más y renunciara a cualquier cosa que no fuera una defensa cerrada.

En la segunda parte Pep decidió con buen criterio que le sobraba un defensa y que Piqué se bastaba para solventar cualquier problema que se le presentara (como así fue) y cambió a Milito por Maxwell. Pero en esta segunda parte las cosas parecían ir a peor, el equipo seguía sin poder encontrar alternativas para atravesar el caparazón italiano y redujo su actividad a chutar, esta vez sí, aunque sin la más mínima puntería.

Guardiola quiso poner aún más carne en el asador y metió a Bojan y Jeffren. Según mi humilde opinión creo que Henry podía haber tenido su última oportunidad ya que su tranquilidad (bien entendida) y su veteranía podían haber ayudado en un partido de estas características. Quitar a Ibrahimovic tampoco me pareció una mediada adecuada puesto que con el encuentro ya tocando a degüello la altura del sueco podía habernos dado la posibilidad de un remate de cabeza improbable pero no imposible. De todos modos ayer el sueco, con culpa o sin ella, perdió otra gran ocasión de justificar su fichaje.

Todo dependía ya de que el partido abandonara la lógica y entrara en la épica. En el minuto 82 llegó lo que podía haber sido el comienzo de una nueva historia para contar a los nietos. Piqué (este se ha ganado el cielo blaugrana hoy aunque no vuelva a hacer un buen partido en su vida, algo que no sucederá) recibió un balón de Xavi (en fuera de juego bien es cierto) y, con una habilidad que no le veíamos desde que marcó el sexto en el Bernabeu el año pasado, partió la cintura de Julio Cesar y de un defensa y marcó el gol que debería haber marcado Ibra.

Quedaban ocho minutos de tiempo real más el descuento (vergonzoso que sólo fueran cuatro minutos por cierto) ¿quién decía que no era posible?. El equipo lo intentó con más ahínco todavía pero todo se redujo a un par de tiros de Xavi y Messi (el de Xavi fue el más prometedor pero no había nadie para recoger el rechace de Julio Cesar) y un gol a mi entender injustamente anulado a Bojan por manos previas de Keituré (he decidido fusionar los nombres de ambos jugadores ante la completa imposibilidad de distinguirlos). Una autentica lastima porque ese gol de Bojan podía haber sido aun más legendario que el del (hoy muy añorado) Iniesta.

Final del partido. Repito que llegar a una semifinal de Champions y caer con honor es un consuelo (triste pero consuelo al fin y al cabo). Nada que objetar al Inter que hizo su partido en Milán y vivió de las rentas en Barcelona, no me gusta su forma de jugar pero la respeto.

En cuanto al tío Mou…..tampoco me gusta su manera de calentar los partidos aunque también lo entiendo como una táctica como otra cualquiera. Prefiero ser bien pensado y creer que su show del final del encuentro estuvo motivado por la alegría y no por las ganas de tocar las narices. De todos modos comprendo la reacción de Valdés aunque no así la del señor de los aspersores al que habría que darle un tirón de orejas. Podemos perder el partido pero no el honor.

Ahora a por la liga.

miércoles, 28 de abril de 2010

Como suele ser habitual....

...hablamos mañana pero adelanto que estoy más orgulloso que nunca de este equipo.

sábado, 24 de abril de 2010

Tres más y uno menos



Por mucho que desde el club y desde la prensa se insistiera en que había que tener la mente puesta en el partido de hoy lo cierto es que nadie (ni siquiera el club y la propia prensa) ha hecho caso del consejo.

Incluyendo el propio Guardiola dado que estoy seguro de que no mediar ese importantísimo partido de vuelta del miércoles quizás no hubiera presentado esta alineación en la que destacaban por el centro de la defensa Chygrinski y Márquez y en la delantera los poco habituales Henry y Jeffren.

Desde el principio el Xerez pareció un rival que hacía honor a su posición en la tabla pues no dejó de perder la pelota a las primeras de cambio mientra que el Barça se manejaba con peligro y espacio en las proximidades del área visitante.

De un afilado pase de Xavi surgió un gran jugada de Jeffren que se recobró de un resbalón (el balón le dio en el brazo pero en las mismas circunstancias no se hubiera pitado penalty a un defensa así que no veo por qué se le tiene que pitar mano a un delantero) y luego encaró a Renán para colocarle la pelota al palo más lejano. Extraordinario gol que tiene valor doble como todos aquellos que consiguen los jugadores no habituales.

Tras el gol no cambió gran cosa y por consiguiente estaba claro que de tanto combinar el equipo lograría de nuevo hallar un hueco en la poblada defensa jerezana. De este modo Keita pasó al hueco a Ibra que optó –de forma acertada aunque nunca sabremos si influyó en esa decisión el hecho de ser un jugador cada vez más discutido por una parte de la afición- por ceder a Henry que marcó a puerta vacia aunque trastabillándose.

Hasta ese momento, que yo recuerde, el Xerez no había inquietado lo más mínimo la portería de Valdés por lo que daba la sensación de que el partido estaba casi finiquitado y sólo era cuestión de ver el número de goles que podrían encajar los colistas. Pero hete aquí que sólo unos minutos después una pérdida de balón (lo perdió Chygrynskiy pero no fue culpa suya, todo vino de un mal centro que le dio Touré o Keita, no recuerdo ahora quien) Mario Bermejo fusiló a un Valdés cogido a contrapelo.

Lo que ocurrió a partir de ese momento sólo tiene explicación desde el punto de vista de la psicología. En primer lugar en el campo había demasiados jugadores que trataban de reivindicar su puesto en el equipo: Henry, Jeffren, Ibra, Touré, Chygrynskiy, Márquez…el gol del Xerez puso nervioso a todos estos jugadores que empezaron a perder el control del balón y a fallar centros increíbles contagiando incluso su mal fario a gente como Xavi.

El resultado es que los nervios invadieron al equipo, a la afición e incluso a Pep que, contraviniendo su costumbre, hizo un doble cambio nada más empezar la segunda parte debido a que el desconcierto en todas las líneas era más que evidente. Entro Messi por Jeffren (justificable aunque yo hubiera cambiado a Henry que está ya a estas alturas sólo para medio tiempo, dicho esto sin acritud) y sorprendentemente Piqué por Márquez. Digo sorprendentemente porque es muy difícil ver un cambio en la defensa salvo que el sustituido esté lesionado o apercibido. Muy mal tuvo que ver la cosa Pep que además eligió al mexicano antes que a Chygrinski sin duda porque sabía que una pitada por parte del público podría terminar de hundir al ucraniano.
De todos modos y antes de que pudiera notarse el efecto del doble cambio una recuperación de pelota de Keita sirvió para que Touré se internara por banda y sirviera un pase que Ibra remató a placer. Una gran noticia y una reflexión para todos los aficionados (sobre todo para los que van al campo salvo que el ambiente dominguero de hoy haya sido el causante del comportamiento del respetable) y es el hecho de que se ha estado silbando a un jugador que ha concluido el partido con una asistencia y un gol. Es posible que algunos consideren que el sueco ha sido un fiasco (yo no le doy por perdido ni muchísimo menos) pero está metiendo goles y sobre todo está intentándolo de todas las maneras posibles demostrando además una gran fortaleza psicológica.

Tras el 3-1 lo que quedaba del partido se tradujo en rezar para que ningún jugador se lesionara por mucho que el Xerez se empeñara en lo contrario.

Ha sido un partido extraño y en ocasiones preocupante. Pero yo creo que todo se debe, una vez más, a la tensión previa al decisivo partido del miércoles, pase lo que pase ese día, tanto para bien como para mal, el equipo se habrá sacudido de encima esa losa y entonces podrá atacar lo que queda de liga tal y como nos tiene acostumbrados a hacerlo.

Quedemos con que hemos ganado tres puntos y hemos descontado un partido de la lista de pendientes. Y también con los goles de tres jugadores no habituales y el soberbio partido de Touré.

Hasta el miércoles. ¡TIEMBLA MOURINHO!

martes, 20 de abril de 2010

No essere miracoli un´inclinazione lá



Dejando de lado algunos disgustos menores posiblemente estemos ante el gran primer varapalo (sabríamos que llegaría chicos) de la era Guardiola.

¿Qué ha sucedido? Pues que el Inter ha jugado con más orden, con más rapidez y con más energía que el Barcelona. Básicamente eso.

En esta ocasión no se puede achacar al mister que se haya sacado de la manga una alineación sorpresa, de hecho y salvo las forzadas ausencias de Abidal e Iniesta (y pasando por alto la alternancia entre Busquets y Touré) el equipo salió a jugar con la plantilla de gala.

En un primer momento el Inter pareció ceder terreno al equipo visitante esperándole tras la línea de medio campo pero olisqueando como husky siberiano la endeble estructura del equipo empezó a estirar sus líneas para tratar de cazar la pelota mediante la presión y buscar la jugada rápida de contraataque. El partido era confuso y sin un dominador claro ya que el Barça no era capaz de controlar el balón y el Inter atacaba de forma muy deficiente.

Aproximadamente en el minuto 20 una gran internada de Maxwell por la izquierda (la casi siempre pétrea defensa interinista en esta ocasión le hizo el pasillo de honor al lateral azulgrana) provoco un rechace que llegó a los pies de Pedro (por cierto con mucho el mejor jugador de nuestro equipo) que con su contundencia habitual fusiló llegando desde la segunda línea.

El mejor premio posible tal y como estaban las cosas. Un gol fuera de casa en el partido de ida es casi medio billete para pasar la eliminatoria. Sin embargo el Barça no consiguió defender su ventaja como sabe, esto es controlando el balón, por el contrario lo perdía continuamente victima de su debilidad física (y casi diría que mental) y de su incapacidad para coger el ritmo al partido. Tras un par de avisos un ataque del Inter pésimamente cubierto (Alves dejó vacía su banda para defender ante Milito cuando los centrales ya le tenían tapado) el gol de Sneijder puso el uno a uno en el marcador.

Durante unos minutos prosiguió el desconcierto culé al que le resultaba imposible combatir el brioso empuje del equipo local. No fue hasta que llegaron los últimos compases de la primera parte cuando Xavi consiguió enfriar el ritmo infernal que los italianos habían introducido en el partido. El centrocampista trató de combinar con Messi (al que le resultó muy difícil desbordar en esta fase y en prácticamente todas las fases del encuentro, definitivamente no fue su noche) y Busquets buscando las bandas o tratando de conectar con Ibrahimovic. Pero anoche el ariete azulgrana no estuvo nada afortunado y aunque buscó su oportunidad no la encontró ni de lejos.

Llegaba el descanso con un marcador todavía excelente aunque el casi siempre fatigoso juego del equipo sembraba muchas dudas. ¿Cambios? Pep no es partidario de hacerlos en el descanso salvo que algún jugador este tocado o la cosa pinte extraordinariamente mal y objetivamente no era así al menos con respecto al resultado.

Lo cierto es que en la reanudación el Inter volvió a arrollar al Barça y tras una gran ocasión previa llegó el 2 a 1 marcado por Maicon (que por cierto posiblemente ha cobrado ventaja respecto a Alves en el partido de hoy respecto a quien ocupará la banda derecha del a selección brasileña).

Parece que tras este nuevo golpetazo el Barça empezó a ponerse las pilas frente a un Inter que habiendo superado lo peor afrontaba el resto del encuentro con algo más de tranquilidad pese a que el resultado seguía sin ser bueno para ellos. El Barça empezó a jugar mejor o al menos a inquietar más la puerta de Julio Cesar, así vinieron un tiro de Messi desde fuera del área y sobre todo un cabezazo de Busquets que el portero interinista salvó milagrosamente. Pero el Inter tenía ahora el partido más cómodo que nunca pues podía seguir contragolpeando sin la ansiedad de antes y consecuencia de eso vino el tres a uno por más que este tercer gol viniera tras un clarísimo fuera de juego.

En la diabólica regla del gol que vale doble fuera de casa existe una frontera entre un buen resultado (2-1) y un desastre (4-1). Y esa frontera es precisamente el 3 a 1 que relucía en ese momento en el marcador, un resultado muy malo pero no catastrófico. ¿Qué hacer en ese momento? Buscar el 3 a 2 salvador con precauciones para evitar un cuarto y posiblemente definitivo gol o tocar a degüello y que sea lo que dios quiera?.

En estos momentos se produjo posiblemente uno de los escasos motivos de satisfacción de este encuentro y es que el Barça aun manteniendo las graves carencias que había arrastrado durante todo el partido se echó hacia arriba de forma voluntariosa con jugadores como Piqué incorporados al ataque como un delantero más, en este fase del encuentro ni Messi ni Xavi ni Alves se escondieron a pesar de que ninguno de ellos seguía sin tener su noche. Tampoco la tuvo a mi entender Guardiola que hizo un cambio demasiado extraño incluso tratándose de él. La sustitución de Ibrahomovic (posiblemente el sueco no esté todavía al cien por cien) por Abidal resulta verdaderamente insólita, posiblemente Pep quería que el francés se sumara al ataque como un extremo pero ¿no era preferible que esa tarea la llevara a cabo un delantero profesional como Bojan o incluso Henry?. Lo cierto es que este cambio no se vio, sorprendentemente también, reforzado con ningún otro cuando creo que el estado físico del equipo (que no el anímico que en este momento estaba por las nubes) lo necesitaba. Bueno nada que objetar, la política de cambios de Pep ha funcionado en muchas ocasiones, pero no esta noche.

Por el camino un claro penalty no pitado a Alves (el hecho de que el lateral brasileño fuera amonestado es la prueba más claro de que sí fue pena máxima) y algunos avances del equipo italiano que nos pusieron el corazón en un puño.

Final del partido. Nuestro equipo ha sido superado en juego y en marcador y por mucho que queramos ponerle excusas (creo que perfectamente validas) de los partidos acumulados y el torturante viaje en guagua hasta Milán lo cierto es que tenemos que enfrentarnos al hecho de un duro partido de vuelta donde tendremos que hacer mucho más que hoy para conseguir llegar a la final. Estoy convencido de que así será.

sábado, 17 de abril de 2010

Sí pero...



Sí, sí ya lo sé. Que el Español se arrastra durante buena parte de la temporada pero se esfuerza al máximo cuando tiene que jugar contra nosotros. Que llevaban preparando este partido desde hace semanas. Que reservaron jugadores el pasado encuentro cuando se enfrentaban contra un rival directo por un descenso del cual no están automáticamente a salvo. Que hacen lo que sea por joder al Barça y favorecer a su equipo hermano. Que la primera amarilla de Alves no fue (pero SÍ la segunda y eso era algo que el alocado jugador brasileño tenía que haber tenido en cuenta). Que la suspensión perdonada a Kameni para que pudiera jugar este encuentro es una vergüenza (aunque tampoco es que se notara demasiado su presencia en el campo). Que ellos salen a jugar al límite del reglamento y en ocasiones el árbitro no castigó con suficiente determinación su juego duro.

¿Y a nosotros que nos importa? ¿Acaso debemos rompernos la cabeza con circunstancias que no podemos controlar? Lo único que podemos hacer contra todo eso es lo que no hicimos: imponer nuestro juego.

Resulta difícil analizar un partido del derby metropolitano. Da igual lo bien o mal que estén los contrincantes, este tipo de encuentros es un universo en sí mismo. El equipo no ha jugado con comodidad en todo el partido, en la primera parte apenas sí recuerdo un tiro a puerta, en la segunda un disparo ajustado de Messi que salió fuera por poco. Nada más.

Pep repitió el experimento que le produjo buenos resultados en el partido del Bernabeu, aquí no sucedió lo mismo y no hay más que hablar sobre eso. Para mí el detalle fundamental del partido fue por un lado la falta, una vez más, de un referente en ataque, alguien que clavara a los centrales españolistas lo suficiente como para permitir el desdoble por banda de gente como Messi, Alves y Pedro. El juego azulgrana por el centro resultó imposible ante la acumulación de jugadores en torno a Xavi y Messi que para colmo tampoco podían arrastrar a sus marcadores lo suficiente como para permitir que los laterales y extremos desbordaran por banda.

El partido era físico, malencarado, a cara de perro, prodigándose las patadas y las malas formas entre jugadores (aunque tampoco llegó la sangre al río), una forma de jugar en la que, una vez más, consiguió meternos el Español.

Llegó el descanso y se confiaba en que la presión en todo el campo de los pericos descendiera en intensidad tal y como habíamos visto en otras ocasiones, algo que ya había empezado a suceder al final del primer tiempo. Pensando sin duda en ello Pep dio entrada a Keita y Henry. Justificada la primera sustitución (hacía falta refrescar el medio campo debido a la dura batalla que se libraba allí), algo más discutible la segunda. De hecho yo llegué a pensar que Ibrahimovic no estaba al cien por cien para jugar pues de otro modo no comprendía la inclusión en un partido como este de alguien que, por los motivos que sean, no ha demostrado demasiado compromiso con el club durante esta temporada algo que volvió a demostrar esta noche (de hecho hubo un momento en el que tuve la escalofriante sensación de que al jugador francés le fastidió el hecho de que le llegara rebotado un balón en una jugada que ya había dado por perdida).

Pero lo determinante tuvo lugar tan sólo cuatro minutos después de la doble sustitución. La expulsión de Alves terminó por descomponer a un equipo que a esas alturas ya daba muestras de cansancio, por los partidos acumulados y por la brega a la que el equipo blanquiazul le había obligado a entrar. La posterior entrada de Zlatan por Pedro no tuvo ya el menor efecto.

Si algo bueno puede salir del partido de hoy es que por lo menos se ha terminado ese injustificado optimismo posterior a la victoria en el clásico y por el que ya se daba la liga por ganada. Ni siquiera una victoria hoy justificaba ese optimismo cuando todavía tenemos que viajar a Villareal y Sevilla y recibir a tres equipos que, por muy mal que estén en la tabla y por muy inferiores que sean a priori, vendrán al Camp Nou con el cuchillo entre los dientes.

Lo peor es que hemos gastado el comodín que nos quedaba y no nos podemos permitir más fallos. Claro que el Madrid también puede tropezar pero será mejor que sigamos pensando que a lo mejor no lo van a hacer. Lo importante es que pase lo que pase mañana seguiremos líderes y además tenemos que jugar toda una semifinal el martes que viene (si la ceniza lo permite). La gran venganza contra el Español tendrá que seguir esperando, nos la han vuelto a jugar y no hay más remedio que joderse.

miércoles, 14 de abril de 2010

JORNADA XXXI


En esta ocasión no hubo “guardiolada” (lo decimos con cariño) aunque Pep volvió a alinear a un triplete atacante totalmente canterano y reforzado además con Jeffren en posición de extremo. El centro de campo más despoblado de lo normal y la defensa contó con la participación, no demasiado habitual, de Márquez.

Me gustó mucho que el partido se iniciara con mucha tensión y muchas ganas por parte del Barça, no se notó, en esta fase del encuentro la más mínima relajación después de ganar el clásico y dar un golpe de mano en la liga. No vale la pena hablar mucho de tácticas debido al abrumador dominio del Barça y si no se llegó al descanso con cinco a cero (no es exageración) se debió a la mala fortuna aunque al menos se acabó con una ventaja mínima debida al gol de Bojan tras la enésima asistencia de Xavi.

A pesar del bonito espectáculo yo no las tenía todas conmigo. Michael Robinson, uno de los mejores comentaristas deportivos que tenemos en España, había hecho varios comentarios claves para entender lo que podía pasar en este encuentro. Dijo primero que el Depor llegaba con la comodidad de no tener nada que ganar ni que perder con este encuentro, dijo también (durante el apogeo barcelonista de la primera mitad del partido) que “el Barça había perdido ligas jugando también” y por último añadió ya en la segunda parte, que cualquier equipo por insignificante que fuese (y el Depor lo fue al menos hoy) podía tener al menos un par de ocasiones de gol. Todo esto hizo prender en la tradicional mentalidad culé (de la que al menos yo todavía no me he desprendido) estaba empezando a mascar un contratiempo.

Menos mal que en ese momento vino el golazo de Pedro (si lo hubiera metido Messi ese gol abría los telediarios de todo el mundo mañana) y poco después el de Touré para certificar un triunfo más y tachar un partido menos.

Para reseñar algo negativo decir que el equipo se adornó demasiado en un periodo del encuentro en el que el resultado era demasiado corto. También tuve, por primera vez durante esta temporada, la desagradable sensación de que Messi jugaba más pensando en la bota de oro que en marcar el segundo tanto. El argentino es jugador ambicioso y eso puede tener un efecto perjudicial. Yo me quedo con su cara de disgusto al terminar el encuentro por no haber podido marcar, es esa la ambición que nos beneficia.

Hasta el fin de semana momento en el que el Barça deberá liquidar una de las pocas cuentas pendientes que tiene Guardiola.

sábado, 10 de abril de 2010

Hablamos mañana que tengo calor.


Bueno ya me he enfriado un poco.

A estas alturas llegará un momento en el que el Barça salte al campo con Chigrinsky de portero sin que ello no constituya ninguna sorpresa.

Las, a menudo insólitas, alineaciones de Guardiola no parece que obedezcan a un acto de megalomanía (lo que se conoce en el fútbol como un “ataque de entrenador”) sino a un profundo conocimiento del su equipo y un no menos profundo análisis del rival de turno y de cómo se espera que se desarrolle el partido.

La sorpresa de ayer de alinear a Alves de extremo tiene su explicación posiblemente en el deseo de Pep de que el brasileño pudiera mostrarse tan ofensivo como acostumbra sin tener que hacer sus célebres transiciones de sesenta metros y sin tener que preocuparse por dejar su banda sin cubrir en defensa máxime cuando el Madrid disponía de dos estiletes en punta capaces por sí solo de resolver una mala tarde de juego merengue (algo que ha ocurrido continuamente en esta temporada). La inevitable consecuencia era que el equipo salía a jugar sin el triplete atacante habitual, a la forzosa ausencia de Ibrahimovic se unía la no alineación de dos de sus posibles sustitutos: Henry y Bojan.

El centro de campo contó también con la ausencia de Iniesta ya que, al contar el Real Madrid con un centro de campo más físico que técnico, nuestro entrenador intuía un duro combate en la zona ancha del terreno de juego donde los fajadores Keita y Busquets serían más necesarios que el exquisito jugador manchego.

El resultado fue una primera parte muy dura, peleadora y bastante poco vistosa en la que el Barça tuvo que recurrir más de una vez al pelotazo y donde el Real Madrid supo cortar los escasos avances en ataque aislando a Messi y Xavi en un muro de centrocampistas defensivos y con Alves y Pedro completamente tapados por sus bandas. Aunque anulado en ataque el Barça resistió la presión orquestando un enorme partido en defensa donde Piqué, Puyol y Milito anularon a Higuaín y Cristiano Ronaldo que, o bien nunca recibieron la pelota, o bien lo hicieron en condiciones en las que no podían hacer nada con ella. Esta característica fue una constante durante casi todo el partido.

A pesar del poco productivo juego en ataque el Barça sólo necesitaba la combinación de dos de sus jugadores más geniales (es posible que el Madrid tenga en Cristiano un punta tan letal como Messi pero lo que está claro es que no tiene a nadie como Xavi y cuando tiene algo parecido decide no alinearle como hoy) y eso fue lo que ocurrió en el minuto 32 cuando Messi y Xavi pillaron a la defensa blanca en gayumbos y fabricaron el primer gol azulgrana (que NO fue precedido de manos de Messi por más que en la sexta, que por otro lado hizo una retransmisión nefasta, se empeñara en demostrar lo contrario con todos los medios a su alcance). Este gol fue decisivo puesto que traspasaba toda la presión a los madridistas cuya tremenda frustración por su imposibilidad de inquietar la portería de Valdés no hizo sino aumentar al saberse ya con el marcador en contra.

Tras la reanudación Guardiola movió al equipo pero sin tocar al once inicial, Alves regresó a su posición natural cayendo Puyol a la banda contraria y Maxwell subió a la posición de mediocampista. Tal y como estaba el partido parecía lógico que Iniesta entrara por algún jugador que no estuviera teniendo una actuación excesivamente destacada con el objeto de ayudar a Xavi a mantener el control de la pelota, algo que nuestro equipo aún no había conseguido. Sin embargo Pep espero bastante para realizar ese cambio entre otras cosas porque mientras tanto una nueva combinación de Xavi, esta vez con Pedro, trajo como consecuencia el gol de la tranquilidad (aunque yo como buen culé no estuve tranquilo hasta que llegó el descuento). En ese momento el Madrid a la desesperada intentó una cosa de la que había prescindido en su alineación inicial: meter algo de técnica en la posición del medio campo atacante. Guti puede ser un cretino (o al menos se ha portado como un cretino durante la mayor parte de su carrera algo que, visto sus últimas iniciativas, parece dispuesto a seguir haciendo) pero no se le puede negar que es de los que mejor la toca del Madrid. De hecho la única gran ocasión blanca llegó tras una genial asistencia que desbarató Valdés en su solitaria y extraordinaria actuación destacada de la noche.

Por fin entró Iniesta que, sin estar todavía ni de lejos en su mejor forma, contribuyó a mantener el control de la pelota dejando más libertad a Xavi en la ofensiva. Con el Madrid ya entregado (las posteriores incorporaciones de Raúl y Benzemá no se tradujeron en nada positivo) el centrocampista de Terrassa se dedicó a buscar a un ya desatado Messi que no consiguió otro hat trick porque Casillas sigue siendo uno de los grandes.

Final del partido, primera derrota del Real Madrid en su campo y líderes con tres puntos de ventaja más el gol average particular. Imposible un mejor resultado. Esto no está acabado ni mucho menos (quedan como poco tres visitas muy complicadas) pero ahora será el Real Madrid el que no puede fallar mientras que nosotros podemos permitirnos al menos un tropiezo que todos esperamos que no se produzca.

No fue la humillación del año pasado (sólo alguien que no sepa de qué va esto podía esperarlo) pero el Barça supo atajar la tan cacareada pegada madridista, dormir el partido cuando fue necesario y aprovechar sus oportunidades. Destacar el gran partido en defensa, la excelencia, una vez más, de Xavi y Messi y la actuación de Pedro que además de marcar un gran gol se partió el pecho durante todo el partido. A los muchos elogios que ha recibido y recibirá el canario por su actuación de anoche yo añadiría uno más: nunca intenta ser lo que no es, algo que condenó a Etoo –a mi entender- a los ojos de Guardiola.

Y ahora a olvidarnos de esto y a concentrarnos en un importante partido en casa contra el Depor.

martes, 6 de abril de 2010

Hijo mío tú estas aquí por algo, y ese algo es....meter goles.


http://www.youtube.com/watch?v=ihVPxjno3Yw

Y tras rendir pleitesia al Todopoderoso no dejemos que los árboles messianicos nos impidan ver el bosque. Al menos yo ayer las pase canutas en varias fases del encuentro, de hecho de no ser porque tenemos al mejor jugador del mundo que marcó cada vez que lo necesitábamos (para eso están los cracks) quizás las cosas hubieran sido diferentes.

El Barça saltó al campo esta vez sin alineaciones sorpresa, parece que por fin Pep ha dado por perdido a Henry y salió con los tres delanteros que habían jugado tres días antes contra el Atletic. En esta ocasión Bojan no estuvo fino y su aportación al juego fue escasa, Pedro tocó más balón y dió una notable asistencia a Messi en el segundo gol, luego se desmarcó con bastante sentido en un par de ocasiones pero Messi ayer no veía a nadie (así son los Dioses).

El Arsenal planteó un partido de bloqueo en el centro de campo combinado con contraataques y durante una buena parte del encuentro logró incluso quitarle la pelota al Barça, de hecho hasta que Messi puso el empate en la primera parte y en los primeros veinticinco minutos de la segunda pareció que dominaba el encuentro. En cuanto el Barça dejó de arriesgar con pases sin mirar a quien y con absurdos balonazos largos en horizontal en las inmediaciones del área y se centró en conservar la pelota y dominar en corto el partido se terminó.

Y he aqui una lección importante para el clásico del próximo domingo, puede que el Madrid se lance en tromba los primeros minutos pero tras eso (e independientemente de que consigan o no el gol) trataran de hacer lo mismo que el Arsenal, presionar en el centro de campo, robar el balón y confiar en la velocidad de Cristiano y los desmarques de Higuaín.

Considero que si Iniesta está lo bastante recuperado para jugar cerca de Xavi y con Messi algo más adelantado en la posición de media punta el balón y el partido será nuestro.

domingo, 4 de abril de 2010

JORNADA XXIX



No me importa si el Real Madrid gana hoy por veinte goles en El Sardinero, sería estupendo que perdiera algún punto pero ya no siento ninguna ansiedad respecto a ese tema ahora que ya, como mal menor, llegaremos al Bernabeu la semana que viene empatados a puntos con dos de los tres resultados posibles favoreciéndonos y obligando al eterno enemigo a ganarnos cara a cara si quiere tener opciones en esta liga.

La alineación de ayer parecía haber salido de una alucinación etílica de Tristan Tzara. La ausencia por sanción de Alves hizo que de nuevo Puyol ocupara la banda izquierda con el recuperado Abidal por la banda derecha y con Chygrinski y Piqué por el centro. Alguien podría pensar que quizás hubiera sido más lógico probar con la pareja de centrales que obligatoriamente van a jugar el martes contra el Arsenal pero quizás Pep no quiso forzar a Milito y quizás también quería aprovechar la oportunidad para darle minutos al defensor ucraniano al que este año no le ha dado tiempo ni de fracasar.

En el medio campo de nuevo Busquets como medio centro (el día que Sergi comprenda que esas absurdas pérdidas de balón arruinan un buen partido e incluso, si tienen lugar en un partido decisivo, pueden perjudicar su carrera habremos ganado mucho) y Touré como interior acompañado por ¡oh sorpresa! Maxwell. Y en la delantera junto con Messi se alinearon Bojan y Jeffren. No estaba previsto en un principio que Bojan saltara al campo pero una lesión de Ibrahimovic obligó a que el canterazo ocupara la posición de delantero centro. Henry ni se sentó en el banquillo y no creo que sea porque Pep quiera reservarle para el martes o al menos eso espero.

Así pues el equipo saltó al campo con evidentes bajas en los puestos claves de las tres demarcaciones en su último escollo antes del gran choque liguero de la próxima semana. ¿Qué pasaría?. Lo que pasó fue que el equipo salió a jugar con el mismo entusiasmo que en los, ya legendarios, primeros veinte minutos contra el Arsenal. En un partido en el que la debilidad de los bilbaínos no hacía tan necesario el control de la pelota el dúo Touré-Busquets impuso su fuerza en el centro de campo ayudados por Messi que jugó en esta ocasión algo más retrasado (debido a la ausencia de Xavi) y por un Maxwell que hizo de Keita.

Más atrás los defensas conjuraban cualquier peligro que pudieran crear los visitantes (incluido Chygrinsky que optó con buen criterio por jugar pisando huevos y arriesgando lo mínimo posible haciendo por lo tanto un partido correcto e incluso evitando una clara ocasión de gol) lo que posibilitaba que los laterales se mostraran muy activos. Así pues de una combinación entre Messi, Abidal y Jeffren vino el uno a cero. Al poco rato una recuperación de Puyol vino seguida de una gran asistencia que Bojan remató de forma perfecta. Dos goles en trece minutos y parecía haber pocas dudas de que el partido estaba controlado.

Tras el descanso el Athletic pareció salir con algo más de agresividad pero las pocas veces que el balón llegó a las cercanías de la meta Valdés consiguió atajar el peligro. En ese momento tuvo lugar el primer cambio con la salida de Busquets y la entrada de Xavi que puso la pausa en un partido que ya no necesitaba la tensión del primer tiempo, sobre todo cuando Bojan en jugada personal puso el tercer gol en el marcador y cuando diez minutos más tarde y tras un pase de Pedro (que había sustituido a Jeffren si no recuerdo mal) Messi marcó el cuarto gol.

Pues bien, deberes hechos y bastantes cosas buenas que sacar de este partido: vuelta a la actividad de Abidal que pareció en buena forma, el equipo acusa la falta de gente como Xavi e Iniesta pero sabe jugar sin ellos, Messi marcó tras dos partidos sin hacerlo aumentando su confianza y su cuenta personal, Chygrinsky cumplió con su cometido sin fallos de relevancia, Bojan pareció jugar con más comodidad en la posición de delantero centro que en la de extremo, ahora que sabemos que Ibrahimovic no estará el martes la afición parece pedir que el canterano sea su sustituto en lugar de un cada vez más frustrante Henry ¿qué hará Guardiola?.

En lo negativo el aumento de la lista de lesionados, a la ya conocida de Zlatan se une la de Piqué. Ambos no jugaran el martes y son duda para el próximo sábado. Pero al menos sabemos que ahora mismo no somos aquel equipo que se venía abajo en cuanto fallaban sus jugadores titulares.