jueves, 29 de septiembre de 2011

El relevo



No vi el encuentro contra el “Water” Borisov, no lo daba ninguna plataforma a la que estuviera abonado y mis intentos por verlo en Internet se interrumpían cada tres segundos, que de todos modos fueron más que suficientes para admirar el temple y la mesura de los comentaristas mexicanos, ¡quien los pillará!.

De todos modos no parece que me perdiera gran cosa, los goles ya los he visto en el youtube y por lo que cuentan al equipo ruso (o de dónde sea) no le sirvió de gran cosa meter el mamut en el área. Como dijo alguien posiblemente este partido sólo sea recordado por ser aquél en el que Messi superó a Kubala, el primer gran mito de la parroquia culé, por más que hoy en día haya caído en el olvido (yo sólo recuerdo su faceta como seleccionador, no muy afortunada por cierto).

Como quiera que sea está claro que Messi le superará ampliamente algo que merecerá al menos otra cancioncita, veremos quien se encarga de ello (espero que no sea Manel ni ninguno de esos grupos catalanes coñazos).


domingo, 25 de septiembre de 2011

Jornada V



Y Pep nos la volvió a dar con queso. Tras la confusión de los primeros cuarenta y cinco minutos contra el Valencia, todo el mundo pensaba que el mister no se atrevería a repetir el 3-4-3 contra un equipo como el Atlético de Madrid que venía de hacer un comienzo de campaña inmejorable. Pero no hubo tal, el de Sampedor volvió a repetir esquema pero en esta ocasión introdujo variantes que intentaban corregir las fugas del pasado miércoles. En primer lugar retrasó la posición de Alves e hizo que Mascherano pasara al centro con lo cual cada jugador ocupó la posición correcta para hacer bien su trabajo, en el centro de campo quedó Busquets como mediocentro defensivo con Xavi por delante y Cesc y Thiago de interiores aunque con libertad para moverse en todas direcciones, delante Pedro, Messi y Villa. Con este esquema el Barcelona volvió loco al Atlético que, exceptuando el palo de Tiago, en los primeros compases del encuentro, no volvió a dar señales de vida.

La movilidad por bandas y la masiva presencia de jugadores de toque en la zona ancha del campo hizo que el Barça se adueñara del partido desde el principio, un centro por alto de Xavi llegó a los pies de Villa que resolvió de forma maestra, a los pocos minutos un tiro de Messi rebotó en Miranda provocando el segundo gol y algo más tarde un par de giros de caderas del argentino dejó a la defensa rojiblanca con cara de haba. Tres cero al descanso y partido finiquitado, parecía imposible que otro accidente provocara una nueva remontada.

Tras la reanudación el equipo aflojó un poco el ritmo aunque en ningún caso se “borró”, algo de lo que –creo que injustamente- había sido acusado en encuentros recientes. Se mantuvo el control del partido sin hacer grandes esfuerzos por aumentar la ventaja y hubo tiempo y calma para que Piqué volviera al campo tras su larga lesión y para que Keita entrar por Cesc (que no marcó otra vez a pesar de que estuvo muy cerca). Cuando ya se pensaba más en el vestuario que en el céspede Messi volvió a aparecer para firmar un nuevo hat-trick mediante dos goles que ejecutó en lo que va a quedar como su jugada característica, irrupción en diagonal en el área con tiro colocado a la diagonal opuesta.

En fin otra noche memorable en casa (donde van 19 goles a favor y cero en contra) y una nueva variante táctica para estudio de los expertos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Jornada IV



Partido bastante fácil de analizar, o al menos casi todos los comentarios de profesionales y aficionados han coincidido en lo mismo.

Guardiola trató de repetir en Valencia la misma táctica que la había ayudado a machacar en su feudo al Osasuna y al Villareal, es decir un 3-4-3 con Alves convertido en extremo. A toro pasado está claro que esa táctica fue un error, en primer lugar porque el Valencia no parece estar al mismo nivel que los dos anteriores equipos reseñados, ni en resultados, ni en juego, ni desde luego en actitud. Desde que comenzó el partido los locales detectaron el punto flaco del Barça y cargaron todo el juego por su banda izquierda donde Mascherano se vio superado numerosas veces por las subidas de Mathieu, el hecho de que dos de esas internadas acabaran en gol merced a sendas cagadas de Abidal no desmerece el hecho de que el equipo pagó este error táctico durante toda la primera parte.

Esta debilidad en defensa provocó que la salida del balón quedara afectada y si esto es así entonces todo el equipo se resiente, al Valencia le bastó con añadir, a la habitual presión en el centro de campo, una actitud agresiva y desprovista de cualquier clase de complejo para dominar al Barça durante casi toda la primera parte. Los blau granas apenas consiguieron sacudirse dicho dominio en determinadas fases del partido y encontrar alguna combinación acertada, una de las cuales acabó en el gol de Pedro. Algunos pueden encontrar extraño que el Pep, viendo lo que estábamos viendo todos, no tratara de reaccionar haciendo algún cambio o variando el esquema táctico, es posible que el mister opinara que alguna de esas dos iniciativas hubiera resultado mucho más perjudicial que beneficiosa y que (al margen de que siempre ha sido alguien más bien reacio a efectuar cambios prematuros que no estén motivados por lesiones o expulsiones) era mejor capear el temporal hasta tener la oportunidad de hacer algunos ajustes en el descanso. Un punto de vista discutible pero los designios del Señor son inescrutables.

En la reanudación imperó el sentir general que exigía que Alves retrasara su posición para tapar la vía de agua de nuestra banda derecha, el sustituido fue Keita, un jugador valioso según el tipo de partido que e juegue, en el de hoy la verdad es que no pintaba mucho. El otro recambio fue el de Villa por Pedro, una solución bastante más discutible pues sin el apoyo de Alves en la delantera y con un delantero menos rápidos e incisivo que el canario el juego de ataque quedó algo cojo. Además el asturiano prácticamente no hizo nada aparte de fallar un gol que nos podría haber dado uno de los triunfos más brillantes de la temporada.

La incorporación de Adriano fue igualmente una opción discutida pero lo cierto es que el brasileño jugó incluso con más profundidad que Pedro y además fue capaz de superar a su marcador por medio de la rapidez y el desborde, algo que casi nunca son capaces de hacer los delanteros de banda blau granas.

Bien sea porque los cambios (a los que hay que añadir la incorporación de Thiago) asentaron más al equipo, bien sea porque el Valencia se resintió de los esfuerzos realizados en los primeros cuarenta y cinco minutos. lo cierto es que por fin el Barça consiguió hacerse con el control del partido y dar la sensación de que podía darle la vuelta a la tortilla, primero, tras un gran pase de Thiago, Messi falló un gol cantado, seguidamente fue un pase del propio Messi (el argentino a pesar de no jugar su mejor encuentro dio dos asistencias de gol, dios mío no sabemos lo que tenemos) a Cesc el inicio del gol del empate y por último otro pase espectacular de la pulga a Villa terminó, como hemos adelantado, con un fallo de los que joden bien.

Un nuevo empate a 2 pero con un sabor diferente al conseguido en Anoeta, a lo que pasó allí se le podía haber llamado perder dos puntos, a este de aquí no se le puede llamar ganar un punto porque se podían haber ganado los tres tranquilamente, pero desde luego se queda uno con mejores sensaciones que en el día del partido contra la Real, además ha sido el primer gran partido de esta liga, al menos para nosotros, un partido también importante para tomar notas respecto al futuro, sobre todo porque el próximo sábado nos toca bajarle los humos a cierto gallito.

Me gustaría hacer mención al árbitro, si pito o dejó de pitar un par de penaltis es lo de menos, eso sí podría ser un error, pero cortar el partido cuando faltaba un minuto y medio de un prórroga que debió extenderse un par de ellos más (como sí hizo acertadamente el árbitro del encuentro del Real Madrid) es otra señal de que el verdadero problema de nuestros colegiados sigue siendo el canguelo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Jornada III



En primer lugar excusas por la sucinta crónica del primer partido europeo del Barça, en parte provocada, lógicamente, por la calentura del momento aunque por otro lado ¿había algo qué decir?, quitando los accidentes del principio y del final el partido fue un monólogo azul grana ante un Milán que, como buen equipo italiano, no tiene empacho en ciscarse en su glorioso pasado para apelotonarse atrás (tampoco la edad media de sus jugadores permite demasiadas alegrías físicas) y alegre de irse no ya con una victoria o un empate, sino simplemente con una derrota por la mínima.

El encadenamiento de dos ridículos y dolorosos empates sembró algunas dudas en la opinión pública, algunas de ellas provenientes de las venenosas lenguas y plumas de siempre, otras en cambio salidas de las mismas entrañas de la parroquia culé, unas entrañas en las que se mezclaban los anti guardiolistas de siempre (recuérdense las palabras de Cruffy “hay gene que siempre estará en contra de ti, y cuanto mejor lo hagas, más en contra de ti estarán”) y los viejos cules que veían asomarse los fantasmas del pasado. Yo por mi parte no estaba en absoluto preocupado, bien es cierto que la suplencia del dúo de centrales estelar del equipo aun no ha encontrado una solución satisfactoria pero aparte de eso los cimientos seguían siendo los mismos. Pero está claro que incluso admitiendo el absurdo de la dudas planteadas todos necesitábamos un triunfo conciliador, el próximo visitante del Camp Nou iba a pagar los platos rotos de la frustrante semana.







Señalé antes que tácticamente había poco que decir del partido de entresemana pero esto no es del todo cierto, sí que había algo que decir aunque fue necesario esperar al día de ayer para hacerlo. Fue cuando Puyol entró en la titularidad y apoyado por Mascherano ofreció la suficiente solidez en el centro de la defensa como para que los dos laterales del equipo dejasen de estar pendiente de tapar huecos y pudieran progresar por sus bandas, Alves fue una pesadilla para los osasunistas e incluso el habitualmente más retrasado Abidal tuvo ocasión de dar una asistencia.

Con estos mimbres y con Messi, Cesc, Xavi y Villa asociándose el resultado no pudo ser otro que el que fue, el mismo que, salvo los accidentes ya mencionado, tenía que haberse dado en los dos partidos anteriores (quizás con algo menos de profusión goleadora).

Algunos tildarán esta clase de partidos como poco competitivos, pero la verdad a nivel personal ha resultado de lo más relajante estar sentado frente al televisor con el cubata y las papas fritas contemplando los segundos 45 minutos como un diletante que asiste a la representación de una opera en la que el virtuosismo de músicos, interpretes y director garantiza un espectáculo seguro…..salvo que pase algún imprevisto como que al contratenor le caiga un foco en la cabeza.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Jornada II



¿Recuerdan cuando empatar fuera era un buen resultado?. Pero no empecemos por el final.

Salir al campo sin Messi e Iniesta no parecía ninguna locura, el equipo se ha gastado el dinero para tener alternativas a estos dos jugadores. Otra cosa es el desbarajuste en la zaga, parece que será difícil que veamos el mismo cuarteto defensivo durante toda la temporada.

Como digo aun sin sus dos de sus jugadores emblemáticos, había suficiente calidad en el campo como para no tener problemas, y esto pareció confirmarse antes del primer cuarto de hora cuando en menos de dos minutos un par de combinaciones asesinas entre Cesc y Xavi pusieron al Barça en ventaja. Ahora a toro pasado parece fácil criticar al equipo por “no matar el partido” pero no hacía falta porque el partido ya estaba muerto, dos a cero a favor, dominio total en el campo y la Real Sociedad entregada. Con la perspectiva de otro mes atiborrado de partidos dentro y fuera de España ¿qué necesidad había de matarse para buscar un tercer gol?. El Barça en mi opinión hizo lo que debía limitándose a controlar el juego y buscar con tranquilidad más ocasiones.

En ese momento llegó la lesión muscular de Alexis, entonces pareció una simple fatalidad pero lo cierto es que el partido comenzó a cambiar. Villa es un jugador tan habilidoso como el chileno pero objetivamente mucho menos rápido y potente, siempre que recibía la pelota era más fácil cubrir la banda y cerrarle el paso obligándole a caer hacía atrás y hacia el centro con lo cual nuestro ataque perdió algo de agresividad. Pero repito que no estaba pasando nada del otro mundo, aparte de la lesión de Alexis la única nota discordante era la situación de Thiago que parecía un poco fuera del partido.

La segunda parte empezó con las mismas trazas que la primera, la Real como es lógico trató de salir con algo más de agresividad pero no ocurrió nada del otro mundo hasta que llegó otro minuto mágico….pero en nuestra contra. En una jugada aislada Xabi Prieto sacó un centro delante de Fontas (que de todos modos estuvo bastante bien aunque quizás algo nervioso y lento, sobre todo en el gol del empate) y Agirretxe remató con la cabeza haciendo un extraño. Sinceramente creo que Valdés pudo hacer algo más pero son cosas que pasan.

Lo jodido vino a continuación cuando Villa hizo una cesión atrás impropia ya no del Barça sino del filial del Binefar, en una jugada propia de los hermanos Marx, Agirretxe remató tras driblar a Valdés y tras un intento de despeje –con la mano- de Busquets Griezzman puso el empate ante el asombro general.

Como digo un accidente. Pero lo que ocurrió a partir de ahí ya fue algo más preocupante, y es que el equipo se vino abajo, es cierto que es prácticamente el primer tropiezo en lo que estaba siendo un lecho de rosas en los últimos meses pero había tiempo y material para arreglarlo. No hubo ocasión, en primer lugar entró Messi por Thiago, otra lastima porque tuvo lugar justo cuando el mediocampista empezaba a jugar mejor y a mostrarse más cómodo en el campo, opino humildemente que el sustituido debió ser Pedro (o el propio Villa pero quitar al asturiano hubiese sido nefasto por cuestiones psicológicas). A lo mejor en ese estado de shock en el que entró el Barça el desparpajo del canterano le hubiera sentado bien al equipo, máxime cuando Xavi y Cesc también entraron en parada y con ello consiguieron que Keita (que había hecho una primera mitad de mucho mérito) naufragara al tener que asumir funciones que no le corresponden.

De todos modos la entrada de Messi no cambió nada, ya sé que es imprescindible dosificar a un jugador, que si dependiera de él, jugaría incluso los partidos del Barça B pero lo cierto es que al argentino le costó horrores entrar en la lucha (de hecho no llegó a hacerlo). Lo mismo se puede decir de Iniesta que entró demasiado tarde y tampoco fue capaz de marcar la diferencia. Y si a todo esto le unimos el hecho de que, a partir del gol del empate, la Real jugó un partido casi perfecto en defensa el resultado es un empate sumamente desagradable, de los que molestan. Se perdieron dos puntos que sin duda se echaran en falta en una liga que se presume será tan igualada como en las temporadas anteriores.

Resumiendo, un empate ya no es un buen resultado.