miércoles, 31 de marzo de 2010

London Calling

Dado que cuando se dispute el partido estaré en el pueblo no podré colgar la -esperemos- triunfante crónica. Así que, microfono abierto.

sábado, 27 de marzo de 2010

JORNADA XXVIII



Importantísima victoria frente al cuarto clasificado que por añadidura sólo había cedido tres puntos en su cancha.

Más novedades en la alineación. Estoy convencido de que toda la parroquia hubiera visto con buenos ojos que fuera el partido del pasado miércoles el elegido para que Messi descansara pero, por razones que no conocemos, se decidió que dicho descanso fuera en este partido. Lo mismo cabría decir del jugador elegido para ser titular en sustitución de Messi, me refiero a Jeffren que pasó por encima de Henry y Bojan posiblemente porque Guardiola buscaba un jugador que entrara fuerte al choque con los defensas (algo que no hace Bojan ni mucho menos Henry).

Era también en teoría el partido del regreso de Xavi aunque tampoco saltó de entrada al campo. Afortunadamente en esta ocasión Iniesta sí que hizo de Xavi y desde el principio tomó el control del partido protegiendo la posesión del balón y distribuyendo juego ayudado por la sacrificada labor de Keita que tuvo una gran presencia durante todo el encuentro. Ibrahimovic por su parte dio la impresión de haber mejorado bastante después de que ha vuelto a marcar un gol por partido e hizo un primera parte muy buena, con más velocidad y ganas que de costumbre y saliendo de su posición de ariete para pivotar con sus compañeros en el ataque. En la zona defensiva Pep retrasó más de lo habitual la posición de Touré posiblemente para que los centrales pudieran sacar la pelota con más tranquilidad aunque, como digo, la vuelta a la acción de Iniesta facilitó mucho las cosas en ese aspecto.

Tras un primer arreón del Mallorca (con dos grandes ocasiones consecutivas) el Barça tomó el control del partido y comenzó a jugar bastante bien (o al menos mejor que en los inicios de sus últimos encuentros) y a crear ocasiones como los dos desmarques de Ibra y el remate de cabeza de Milito. El partido parecía ir por buen camino y además en el caso contrario se contaba con un banquillo de lujo para meter una marcha más a la velocidad.

A poco de empezar el segundo tiempo entro efectivamente Messi aunque sustituyendo a un lesionado (cuando escribo esto aun no sé por cuanto tiempo) Iniesta con lo que durante los diez minutos siguientes el equipo perdió un poco el rumbo hasta que entro Xavi en lugar de Touré. Entrada providencial porque al poco rato el centrocampista remató un saque de esquina y el rechazo de Aouate lo fusiló Ibrahimovic. Tres goles en tres partidos y a seguir sumando.

Con el uno a cero en el marcador y bastante tiempo por delante se imponía ante todo controlar el partido y la entrada de Xavi también contribuyó a ello lo que no impidió que, como de costumbre, el equipo buscara el segundo gol, algo que Messi estuvo a punto de conseguir.

De ahí al final del partido lo cierto es que se pasaron bastantes nervios, primero porque no llegaba el gol de la tranquilidad y segundo porque Maxwell y Alves dieron una lección magistral de poca tensión defensiva y pérdida del balón. El ingreso en el campo de Jonathan Dos Santos no tuvo ninguna influencia en lo sucedido hasta el final del partido.

Pues lo dicho. En lo positivo tres puntos de oro conseguidos en un campo muy difícil y un gol más en el casillero de Ibrahimovic. Sólo queda ya un partido hasta el clásico y el objetivo de llegar a ese partido manteniendo, como mínimo, la diferencia de puntos actual se está cumpliendo.

En lo negativo la ansiedad y precipitación que parece aquejar a algunos jugadores así como la sensación de que se está llegando a esta recta final con las fuerzas muy justas.

miércoles, 24 de marzo de 2010

JORNADA XXVII



Mala cosa que en los previos de un partido se habla más de los goles que supuestamente le vamos a meter al contrario (por aquello del average) que de ganar el propio partido, cosa absurda puesto que estoy convencido de que al final no será eso lo que decida todo. Además desde que el Barça perdiera lamentablemente dos puntos en El Sadar (ha perdido otros puntos pero no de forma lamentable) tenía yo la mosca detrás de la oreja con los rojillos.

La alineación de la delantera azulgrana me produjo una cierta sensación de tristeza, esa nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue si los dos más larguiruchos del tridente estuvieran al nivel que se les recuerda en el pasado. De resto la forzada ausencia de Xavi volvió a situar a Iniesta y Touré de interiores teóricos y a Busquets de medio centro, atrás Pep no quiso jugársela con Piqué y le sustituyó por Milito.

Pronto se vio que las cosas no estaban funcionando bien, el equipo salió flojo y lento, sin tensión, pero, lo que es más importante, notó, más que en los partidos anteriores, la ausencia de Xavi. Sobre todo porque el Osasuna salió a presionar en todo el campo desde la misma línea de defensa del Barça y es en este tipo de situaciones donde el equipo busca constantemente a su segundo capitán. Pero la peor noticia no fue que no estuviera allí sino que el jugador que le sustituía (es un decir pues ya hemos dicho que Xavi carece de sustituto en el Barça en particular y en cualquier otro equipo del mundo en general), es decir Iniesta, no es que estuviera desaparecido como en partidos anteriores sino que, al menos en la primera parte, estaba directamente escondido. Los intentos de Touré y Busquets por bajar a buscar la pelota tampoco funcionaban (es más, en uno de estos el marfileño comprometió gravemente al equipo) y la única alternativa era marear el balón entre los centrales y tratar de conectar un pase largo que casi nunca llegaba a su destino. El balance ofensivo de esta primera parte fue prácticamente nulo.

Parecía que los cambios más lógicos eran la entrada de Pedro por un Henry que volvió a pasearse por el campo y quizás Keita por Touré o Busquets (al final el elegido fue el canterano puede que por que ya tenía una tarjeta amarilla). Esta vez Pep no esperó demasiado y Pedro saltó al campo de entrada lo que tuvo un efecto muy favorable en el ataque debido a su rapidez y a su empuje, dos cosas que el jugador al que sustituyó ya no tiene. El canario consiguió mover la pelota con mucha velocidad por el exterior del área pamplonesa y de sus botas salió la jugada del primer gol.

Sin embargo creo que la clave del partido residió en una afortunada decisión táctica de Pep que, sospechando que el Osasuna sería incapaz de soportar el elevado ritmo presionante de la primera parte y retrasaría sus líneas, hizo que Iniesta -que había naufragado en la zona ancha- avanzara hasta la posición de extremo donde con más espacio y menos presión podría hacer valer su indudable calidad técnica. El mismo razonamiento permitió asimismo que Touré adelantara su posición y con tantos elementos merodeando en el área estaba claro que algo tenía que pasar. A todo esto se unió un cierto cambio de actitud en el equipo que pareció salir con más ganas.

Por fin una afortunada combinación entre Pedro, Iniesta y Maxwell desembocó en un gol de Ibrahimovic lo que constituye una noticia sensacional, esperemos que sea el comienzo de un final de temporada fulgurante. Con algo más de calma y sin que el equipo visitante llegará a inquietar jamás nuestra portería el Barça buscó el gol de la tranquilidad que llegó con un pase de Iniesta que remató Bojan, otra gran noticia.

Final feliz de un partido para olvidar. Si el problema fue la ausencia de Xavi esto se resolverá pronto, si fue de actitud o de físico la cosa tiene también solución por eso repito que este partido es para olvidar, por todos menos por Guardiola…

domingo, 21 de marzo de 2010

Jornada XXVI




Quizás la más preocupante de la baja forma de Iniesta era el hecho de que nadie se lo estaba echando en cara (al contrario que con el resto del equipo cuyo rendimiento se mira con lupa y de forma individualizada). Y era preocupante porque esa circunstancia podía propiciar un acomodamiento muy poco recomendable con todo lo que se nos viene encima, quizás esa fuera la razón por la que el manchego no saltara hoy al campo en el equipo titular.

El problema es que, si realmente esa era la razón, elegir para ello un partido en el que tampoco jugaba Xavi no era lo más aconsejable porque si el otro día, con la ausencia por lesión del mediocampista, el equipo perdió parte de su tradicional control de la pelota sin Iniesta en el campo lo perdió totalmente, de ahí que en la floja primera parte del equipo se prodigaran las perdidas de balón y la incomunicación de algunos jugadores a lo que se unió un preocupante cansancio que empieza a hacer mella en el equipo.

Afortunadamente el tempranero gol de Messi y la incapacidad del equipo local para crear peligro (al menos hasta la debacle de los últimos minutos del encuentro) disimuló un poco todos estos inconvenientes.

En el descanso parecía claro que Iniesta debería saltar al campo por los hoy irrelevantes Touré o Keita (y eso sólo por el hecho de que ambos ocupaban posiciones de interior). También hubiera sido de lógica que entrara Henry por sustituir a un cada vez más preocupante Ibrahimovic aunque, dado el estado mental del delantero sueco, podía haber tenido consecuencias fatales.

El comienzo de la segunda parte no hizo más que confirmar estas sensaciones y efectivamente se produjo la reclamada entrada de Iniesta que al menos sirvió para dinamizar un poco el ataque. De todos modos con Messi en el campo todo eso da igual porque se ha demostrado que la pulga se basta y se sobra para ganar por sí solo un partido, así tras recuperar un balón y sortear a cuantos contrarios le salieron al pase marcó un gol que merecería entrar en su top ten particular de no ser porque ese mérito está más disputado que una administración de lotería en la Gran Vía.

Con lo aparentemente tranquilo que se había puesto el partido pareció que los jugadores se conjuraban para que Ibrahimovic consiguiera romper la maldición que le ha caído encima. Desde luego el mercachifle de su representante no se podrá quejar de que el equipo no juega para él porque tanto Messi como Pedro se esforzaron porque el sueco metiera su gol pero esto es lo que tienen las malas rachas, algo que sólo se soluciona con paciencia y con el apoyo de sus compañeros, lo segundo está claro que lo tiene, lo primero quizás no. Para colmo tras una clarísima ocasión fallada de nuevo por Zlatan vino el tercer gol de Messi. Es curioso que ni el hat trick del argentino ni el –una vez más por lo que se vio después- aparente encarrilamiento del partido consiguiera que el aficionado culé (lo sé porque me pasó a mí y porque es lo que he palpado en los diferentes foros azulgranas) abandonara su angustia por el mal fario de nuestro ariete.

Pero mientras tanto había sucedido algo a lo que no se había prestado suficiente atención: en menos de dos minutos tuvieron que ser sustituidos nuestros dos centrales para dar paso a Puyol y Márquez. Es posible que las últimas victorias hayan contribuido a que no nos fijemos demasiado en el trabajo de nuestra defensa (en especial Milito que ha vuelto a hacer un partido inconmensurable) pero está claro que los dos goles de Colunga (tras sendos fallos de Márquez) lo ha vuelto a dejar claro. Hubiera sido una aberración (de esas que se dan a menudo en el fútbol) que hubiéramos perdido dos puntos tal y como estaba el partido pero suerte que seguimos teniendo al mejor jugador del fútbol que fabricó un penalti. En un gesto que le honra (máxime cuando podría haber marcado cuatro goles en un partido, una hazaña extraordinariamente difícil de conseguir) que el argentino cediera el honor de lanzar la falta máxima a su desafortunado compañero, y el hecho de que éste tuviera cojones de tirarla dice mucho de sus ganas de salir del bache. Por fin transformó Ibrahimovic y al poco rato acabó un partido decididamente extraño.

Lo importante es que tenemos tres puntos más en el saco y que nos espera un mes de abril de vértigo, de momento el próximo miércoles un dificilísimo partido frente al Mallorca. Allí estaremos

miércoles, 17 de marzo de 2010

Faustrecht der Freiheit



Mañana hablamos que ahora estoy un poco pilingui.

La noticia de la lesión de Xavi se dió a conocer poco antes de que comenzara el encuentro y sembró de dudas a la parroquia azulgrana. Se especuló entonces con que Keita podría echar una mano en el centro de campo pero dado que estaba muy reciente su lesión Pep decidió dejarle fuera. Así pues la zona ancha fue ocupada por Busquets, Touré e Iniesta.

La ausencia de Xavi presuponía que Iniesta no iba a jugar tan suelto como otras veces y que Messi debía retrasar su posición por lo tanto o Busquets o Touré ocuparían la posición de interior. Una de las mejores características de Touré es su polivalencia, además de ocupar la posición de mediocentro ya le habíamos visto como central y en posiciónes de interior. La otra gran novedad fue la no inclusión de Ibrahimovic en el once inicial, es posible que Pep, esperanzado por el buen partido del francés en el último encuentro de liga, decidiera aprovechar la buena racha para dar una nueva oportunidad al elegante delantero que tantas dudas ha sembrado esta temporada aunque lo cierto es que, como efecto colateral, es posible que la confianza de Ibra, también en dudoso equilibrio por su bajón en lo referido a goles (que no a juego que sigue siendo el mismo), se viera afectada.

De todos modos todos los temores se despejaron en cuanto comenzó el partido y se vio que el Stuttgart no iba a ser el equipo que acogotó al Barça durante la primera parte del encuentro de ida, de hecho resulta dificil recordar (habría que recurrir a algunas eliminatorias aplastantes de la temporada pasada) un equipo que inquietara tan poco al equipo catalán.

Desde el principio Henry comenzó a inquietar la porteria visitante aunque, a pesar de que sus movimientos en el borde del área recordaron a los del partido contra el Valencia, volvió a dar muestra de flaqueza con sus tiros inofensivos y llegando siempre una decima de segundo tarde (la décima de segundo que se pierde con los años) a los pases que iban en su dirección. Pero ahí estaba Messi para volver a abrir la lata en una jugada personal que concluyó con un disparo potente y colocado que hubiera sido un golazo si el histriónico (parece que el histrionismo lo reserva el pueblo alemán exclusivamente para sus guardamentas) Lehman hubiera estado donde le correspondía y no haciendo de central.

Cuando diez minutos más tarde Pedro remataba un pase perfecto de Touré (en una jugada iniciada por Messi) todo el mundo tuvo la sensación de que el partido y la eliminatoria se habían acabado. Pero lejos de acomodarse el equipo comprendió perfectamente que un gol alemán, por improbable que fuese, volvía a meter al Stuttgart en el partido así que tuvo el acierto de continuar jugando y presionando como si no tuviera ya dos goles de ventaja.

Siguiendo con la misma táctica saltó al campo el Barça en la segunda parte, Pedro se mostró más activo y empezó a combinar con Alves mientras que Touré proseguia con sus penetraciones buscando incluso su propio gol (que no consiguió por poco y que sin duda hubiera terminado por reivindicarle ante su afición y ante sus técnico).

Casi en el minuto 60 una nueva internada de Pedro que cede hacia Alves, taconazo del brasileño que rebota en el árbitro y llega hasta Messi que se revuelve y tira de nuevo muy colocado aunque en esta ocasión a ras de suelo, una vez más y sin desmerecer al mejor jugadro del mundo, Lehman volvió a hacer el pinga pato.

Con el gol de la tranquilidad llegaron los cambios, posiblemente el primero hubiese sido el de Henry por Ibrahimovic pero un problema muscular de Busquets (afortunadamente sin consecuencias según las últimas noticias)hizo que fuera éste el sustituido, posteriormente se produjo el cambio de Henry por Milito con lo que Piqué ascendió a puestos de medio campo en una alternativa que es posible que Pep tenga que volver a utilizar. El delantero sueco buscó el gol, algo que le hubiera sentado de maravilla (a él y a nosotros) pero sin tener ninguna clara ocasión aunque al menos volvió a dejar muestras de su técnica en un excelente pase a Bojan (que había entrado por un voluntarioso aunque nuevamente poco afortunado Iniesta)que confirmó el hecho de que es un jugador más propicio para las jugadas con espacio y velocidad que para tratar de penetrar en una defensa nutrida. De todos modos bien por el muchacho que está igualmente necesitado de goles.

Final del partido y pase a cuartos con el público gritando -de modo inconveniente a mi entender- el legendario grito de "sí, sí, sí, nos vamos a madrid".

Las conclusiones del partido fueron que Henry parece haber abandonado su apatía, que Touré volvió a pedir la titularidad como se debe hacer, esto es jugando bien y que sin Xavi se pierde control pero como efecto colateral, y en ciertos momentos del partido, se ganó en rapidez y profundidad.

domingo, 14 de marzo de 2010

JORNADA XXV



Incluso si la cosa no hubiera salido bien (afortunadamente sí que salió bien) al menos este partido hubiera servido para que los detractores de Zlatan Ibrahimovic comprobaran cómo juega el equipo, no ya cuando falta el sueco, sino cuando falta un referente claro en ataque, el hombre que fija a los centrales y a los medios defensivos, el que crea espacios, el que recibe las pelotas largas y remata -o intenta rematar- los pases desde banda, o sea, el delantero centro.

Durante la semana previa al partido (al menos durante el tiempo en que la órbita culé no se dedicó a hacer escarnio de la eliminación madridista) se había discutido cómo suplir la falta del ariete titular. Yo daba por sentado que Henry sería el recambio aunque sólo tenía dudas de si iba a jugar por el centro o en la posición de extremo. Cuando me enteré de que el trío atacante sería Bojan, Pedro y Valdés se me cayeron los huevos al suelo.

El equipo acusó inmediatamente esta insólita alineación canterana ya que la falta de profundidad fue patente, el Valencia sin nadie que creara peligro con claridad por el centro se dedicó a tapar las bandas impidiendo la progresión de Alves por la izquierda (el brasileño apenas pudo inquietar en ataque aunque como compensación hizo un partido esplendido en defensa) y dejando sin apoyo a Pedro que, o bien perdía la pelota, o bien trataba de pasarla sin encontrar nunca rematador. Por la otra banda Bojan fracasó estrepitosamente al ser incapaz de desbordar a sus marcadores ni un sola vez, Iniesta volvió a ofrecer un partido discreto y Messi desubicado no tuvo otro remedio que retrasar su juego (como era lógico por otro lado) tratando de romper la defensa desde la posición de media punta, algo que consiguió únicamente cuando se producía algún error en la defensa valenciana.

Ante tal situación no podía suceder otra cosa que el Valencia comenzara a adelantar sus líneas, presionando el centro del campo y amenazando la portería de Valdés por más que el equipo ché se dio cuenta de que tenían más o menos el mismo problema que el Barça: la ausencia de Villa y la no inclusión en el equipo de dos de sus posibles sustitutos naturales (Joaquín y el gigante Zigig) les dejó en ataque tan romos como lo estaba siendo el equipo local.

A pesar de ello lo cierto es que en el último cuarto del primer tiempo estaba claro que el Valencia le estaba ganando la mano claramente al Barça. Estaba claro que una vez más Pep tendría que variar su costumbre de no hacer cambios hasta bien entrado el segundo tiempo y el cambio debía ser la inclusión del jugador que en mi opinión debió haber saltado al campo desde un principio.

Si el entrenador buscaba un revulsivo está claro que lo consiguió, por fortuna Henry volvió a recordar al legendario delantero gunner y se destacó con una actuación excelente, su posición en el centro del ataque dividió los marcajes y posibilitó que Messi cayera libremente penetrando por la izquierda tres veces consecutivas (dos de ellas a pase del propio Henry) y volviendo a ejercer de mejor jugador del mundo con tres goles magistrales. El Valencia por su parte acusó el duro partido de entre semana y el esfuerzo de la primera parte viniéndose abajo físicamente y tirando la toalla tras la expulsión de Maduro y después de que Valdés desbaratará una clarísima ocasión de Zigic.

El Barça volvió a mostrar dos caras, la primera bastante fea, merced al desequilibrio en el ataque y a que Iniesta atraviesa un pequeño bache de forma, me quedo con la honestidad de Pep al reconocer el error en la alineación inicial y con la prometedora resurrección de Henry (le vamos a necesitar). La defensa una vez más impecable. Lo principal es que se superó un escollo que se presumía difícil (y durante un buen rato lo fue) y se mantiene la igualdad en el primer puesto, igualdad que como mínimo hay que defender hasta afrontar el partido decisivo.

De momento el miércoles tenemos que resolver una eliminatoria si no queremos tragarnos toda la mofa y befa de la que hicimos (yo el primero) objeto al eterno rival durante los últimos cuatro días.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Madrí C´est fini

sábado, 6 de marzo de 2010

Jornada XXIV




En el partido de hoy las novedades consistieron en la obligada presencia de Milito en defensa (por la sanción de Piqué y porque las demás alternativas a dicha ausencia daban bastante canguelo) y la alineación de Touré por razones tan inexplicables como su ausencia en partidos precedentes.

El partido en un principio parecía ir por los derroteros de siempre, con una presión en todo el campo por parte del equipo contrario y con el Barça dominando la pelota y tratando de llegar mediante combinaciones. Pero antes de que el encuentro mostrara una vertiente clara llegó el primer gol del Almería merced a un saque de esquina en el que simplemente Cisma saltó más alto que Puyol.

Para un equipo que juega claramente a la defensiva (como casi todos los que lo hacen contra nosotros) este tipo de circunstancias se convierte en un regalo y así el Almería se dedicó a defender con mucho acierto mientras el Barça trataba de buscar alguna alternativa de ataque. La excelente defensa local impidió en esta ocasión que Alves o Pedro hicieron progresos por su banda, en la parte izquierda no cabía esperar mucho de Maxwell y por el centro Messi era el único que traía cierto peligro con sus cambios de ritmo y sus rupturas. En cuanto a Ibra en esta ocasión volvió a mostrar alarmantes síntomas de desincronización con sus compañeros, daba la impresión de que nunca estaba donde debía estar cuando los pases que iban en su busca acababan en nada.

Así pues no parecía que el equipo tuviera suficientes recursos como para marcar un gol, no es que estuviera jugando mal, es que no estaba jugando lo suficientemente bien. Pero bueno, no hay que olvidar que tenemos al mejor jugador del mundo, y alguien que esté considerado el mejor jugador del mundo es alguien que es capaz de ganar (o empatar) un partido por sí solo. Así pues cuando ya se vislumbraba el descanso una magistral falta sacada por Leo Messi terminaba en gol, algo que contribuyó a relajar la tensión en el ambiente (al menos relajó la que yo mismo sentía) y daba algo de tranquilidad con la que afrontar el segundo tiempo.

Pensándolo bien, y a toro pasado, quizás ese gol acabó por perjudicarnos puesto que el equipo tras la reanudación saltó al campo bastante flojo, empezaron a multiplicarse las pérdidas de balón y de una de ellas vino una jugada desgraciada en la que el capitán metió gol en su propia portería. No hay nada que comentar sobre este aspecto, un caso de mala fortuna de los que pasan de vez en cuando.
Dado el enorme trabajo que nos había costado empatar el partido daba la sensación de que este segundo golpe podía ser definitivo, y por primera vez la perspectiva del empate como resultado final empezó a aparecer como un mal menor. Sobre todo cuando tres minutos más tarde el árbitro expulsó a Ibrahimovic de forma, a mi entender, totalmente injusta.

Fue en ese momento tan crítico cuando tuvo lugar la mejor noticia de este partido tan accidentado: el equipo no se vino abajo y se lanzó a por el partido que tan cuesta arriba se había puesto logrando sus mejores momentos incluido el segundo gol de Messi tras una gran internada de Pedro. A todo esto ayudó el hecho, y lo digo sin ninguna clase de malicia, de que era Ibrahimovic el jugador cuya ausencia el equipo notaria menos.

Quedaba aproximadamente media hora para consumar la remontada y la pregunta que todo aficionado se hacía era ¿qué cambio sería más adecuado?. A mi entender Pep hizo el menos conveniente cuando cambió a Touré (impecable en el aspecto defensivo pero poco colaborador en el aspecto ofensivo aunque tampoco era tan necesaria su ayuda en esta faceta) por Busquets. Se supone que una sustitución debe servir de revulsivo, sobre todo cuando estábamos buscando tan claramente el tercer gol y sinceramente no sé en qué podía mejorar el equipo con la incorporación del canterano. Tras la expulsión de Zlatan Messi tuvo que desplazar su posición mucho más al centro con lo que la banda derecha quedó inutilizada para el ataque, quizás la entrada de Henry o Bojan (a cambio de Iniesta que estuvo por cierto muy poco afortunado) por la izquierda podía haber ofrecido más alternativas a las combinaciones por el centro siempre mucho más dificultosas.

El Barça lo intentó pero tras su meritoria reacción lo cierto es que se fue diluyendo y el partido terminó con empate a dos, aunque es justo decir que el Almería fue muy inteligente en esta fase del encuentro y en lugar de enrocarse en su área creó bastante peligro demostrando una vez más que donde mejor se defiende es lo más lejos posible de tu portería.

El resultado final no tenía por qué ser necesariamente tan malo teniendo en cuenta las circunstancias, sobre todo si el Madrid hubiera tropezado contra el Sevilla pero mientras escribo estas líneas el equipo blanco acaba de ganar por tres a dos con sus armas habituales (velocidad, profundidad y coraje, algo que le dio dos ligas y que les hizo estar en el candelero la temporada pasada a pesar de su inferioridad) dando un golpe de efecto que pone la liga al rojo vivo.

Antes de terminar me gustaría destacar el extraordinario partido de Milito.