martes, 29 de junio de 2010

O que salva a um homem salva à humanidades


El equipo que saltó al campo hoy fue exactamente el mismo que lo hizo frente a Chile con lo cual durante casi tres cuartos de hora se repitieron las mismas virtudes y los mismos defectos. El equipo volvió a jugar dos puntas, en teoría Torres debía ocupar de nuevo la posición en el centro del ataque pero durante los primeros compases del encuentro se movió por la banda izquierda y curiosamente fue allí donde provocó su primera y prácticamente única ocasión de gol, luego regresó al centro dejando que Villa volviera a moverse por ese lado.

Más atrás volvió a producirse ese extraño juego de ocupación de espacios entre el ya célebre doble pivote de Del Bosque y Xavi Hernández, en esta ocasión fue el medio centro madridista el que quedó fuera de sitio limitándose a prolongar algunos pases sin mayor aportación, Busquets volvió a adueñarse de la zona ancha y Xavi con v volvió a su vez dirigir el ataque. Es posible que el tan comentado sistema de Del Bosque sólo pueda ser analizado con justicia en el caso de que el seleccionador optara alguna vez por una solución diferente (cosa que duda que suceda) pero tal y como está España ahora siempre da la sensación de que ese jugador que se borra durante el partido (a veces Xavi, a veces Xabi) podría ser sustituido por otro mediocampista (Cesc sobre todo) contribuyendo en mucho a la mejoría del juego.

De todos modos y al margen de esto hay que decir que España jugó de forma bastante poco efectiva la mayor parte del encuentro, ni Xavi ni sobre todo un poco afortunado Iniesta lograron conectar con Villa ni mucho menos con Torres, el equipo dominaba el partido (entre otras cosas porque Portugal se lo permitió) pero los fallos y las pérdidas de balón eran continuas. Por fortuna el poquísimo peligro que llevaron los lusos a la puerta de Casillas fue conjurado de forma insuperable por la defensa española, sobre todo por Piqué y Puyol y en última instancia por Capdevilla que no tuvo que emplearse a fondo hasta el tramo final haciéndolo además sin ningún fallo.

En estas circunstancias, jugando de forma no demasiado brillante aunque manteniendo el control de la pelota España optó por la táctica del Barça en circunstancias similares: seguir tocando y buscando esos cinco segundos mágicos que la calidad de sus jugadores de ataque le garantizan en cada partido. Poco antes de que llegara ese momento se produjo la sustitución de un nuevamente desgraciado Torres, puede que sea injusto afirmar que los mejores momentos de la selección vinieron a raíz de se cambio pero…..así fue y todos los que han visto el partido habrán pensado de forma similar de forma inevitable.

Fernando Llorente tuvo la virtud de ejercer como un autentico ariete de los de antes, moviéndose por la zona central del ataque, rematando de cabeza (al menos dos veces rozando el palo situado a su derecha) y dando en general mucha sensación de peligro. Poco después de que el delantero vasco comenzara a hacer de las suyas se produjo una clásica combinación de toque entre Xavi e Iniesta que en lugar de encontrar a Messi o a Pedro dio con su futuro nuevo compañero Villa que remato por dos veces encontrando portería a la segunda, un gol que dada la poca solvencia mostrada por Portugal sonaba a definitivo.

La segunda cosa más importante que sucedió en el partido después del gol de Villa fue la manera en la que la Selección gestionó el marcador, lejos de encerrarse en su área dio una lección de cómo se debe defender un resultado: conservando la posesión del balón y manteniéndolo lo más lejos posible del área propia, en esto sí nos parecimos al equipo campeón de Europa ya ese estilo Barça con el que tanto se identifica a España.



Ya estamos en cuartos de final que disputaremos frente a Paraguay. Por cierto que hoy tuve la poco agradable experiencia de ver jugar al combinado guaraní y tengo que decir que España ya debería estar en semifinales, es inconcebible e inexcusable que no pasemos la fase de cuartos contra un equipo como el que he visto hoy.

En resumen no ha sido un gran partido pero España no se ha descompuesto y ha sabido esperar su oportunidad, seguimos aguardando al gran equipo que recordamos de hace dos años pero mientras llega hay que tirar para adelante, estoy convencido de que en esa semifinal ya soñada con Argentina o Alemania por fin tendrá que aparecer.

Mientras tanto y ya resignados al a inamovilidad del doble pivote (forma de jugar que respeto pero que no comparto) creo que ya va siendo hora de reconocer que este no es el Mundial de Torres y que debe salir Llorente como titular en el próximo partido. Pase lo que pase allí estaremos.

viernes, 25 de junio de 2010

La Araucana



El equipo que saltó hoy al campo podría interpretarse como un híbrido producto de un cruce entre los sistemas empleados en lo dos partidos previos.

Por un lado se evitó volver a salir con un solo punta (afortunadamente como se verá después) pero también se evitó dividir el ataque con extremos fijos después de la división de opiniones que trajo consigo la alineación de Navas frente a Honduras (yo sigo diciendo que en general dicha alineación fue positiva). Para suplir la ausencia de ese extremo se contó de nuevo con Iniesta que se movió más bien como un tres cuartista con lo que el dibujo volvió a ser un 4-2-1-1-2 o algo parecido con la columna vertebral del equipo (doble pivote incluido) intacta.

De todos modos se vio muy pronto que España, por primera vez desde hace bastante tiempo, no iba a tener el control del partido ya que Chile se lo arrebató desde el comienzo presionando mucho en todas sus líneas y moviéndose con gran rapidez y orden táctico frente a un equipo que lo estaba pasando francamente mal sin la pelota.
Durante los primeros veinte minutos apenas recuerdo una jugada con el balón controlado a pesar de que Iniesta abandonó pronto la banda para juntarse con Xavi y que Alonso adelantó un poco su posición. España vivía de balones largos servidos por los centrales y/o laterales que buscaban sobre todo el desmarque de Torres, señal de que era esta la única salida de la pelota es que Villa estuvo totalmente desaparecido durante la primera fase del juego. Y lo peor es que al ser el pase adelantado al ariete la única opción ofensiva, y teniendo en cuenta que Torres sigue sin coger la forma de tal manera que su titularidad empieza a ser ya una cuestión polémica, España no estaba creando ninguna sensación de peligro. La falta de circulación de la pelota hacía que nuestra compleja estructura en el centro del campo, con dos medio centros, un media punta y un “lo que quiera que sea” (es decir Xavi Hernández) se mostraba estéril.

En ese momento por fortuna vino el golpe de suerte de un nuevo pase adelantado a Torres que el portero chileno rechazo mal y que Villa golpeó de primeras marcando a puerta vacía lo que suele ser sinónimo de un gol fácil de no ser porque el asturiano estaba a casi cincuenta metros del área roja.

Uno a cero, desconcierto chileno, se relaja la presión y en la siguiente (y prácticamente la primera) jugada en la que España consigue dar cinco pases seguidos aparece una excelente combinación entre Villa e Iniesta que termina con el jugador manchego marcando con un tiro colocado. Primer gol en el 24, segundo gol en el 37 y la primera parte resuelta.

Un dos cero es un resultado que puede ser incluso más engañoso que un uno a cero ya que ni el equipo se puede relajar del todo ni se puede mantener la tensión que conllevaría un marcador más ajustado. De todos modos no hubo mucho tiempo para hacer teorías sobre este extremo porque nada más reanudarse el encuentro España encajó su segundo gol de carambola.

Lo que aconteció después de que Chile acortara distancias resulta un tanto complicado de explicar. En primer lugar se produjo el cambio de Torres que dio entrada a Cesc. Estaba claro que el jugador madrileño había vuelto a cuajar un mal partido y su titularidad promete ser un vivo tema de discusión en los días venideros pero el hecho de que fuera otro mediocampista el elegido para sustituirle puede indicar que España optaba por dedicarse a controlar el partido sin necesidad de volver a ponerse a dos goles de los sudamericanos.

Cesc, cuyo puesto en el equipo nunca ha estado garantizado, salió al campo con ganas de agradar y de sus botas salieron algunos de los mejores minutos de la selección, lo malo es que sus acertadas combinaciones no llegaron a buen puerto debido al, una vez más, cansancio de los titulares y a que el Equipo volvió a perder profundidad tras quedarse con un solo delantero. De todos modos todo esto quedó como una anécdota cuando los dos equipos pactaron una sorprendente tregua y digo sorprendente no tanto por parte de España (que al fin y al cabo tenía en el bolsillo todo lo que necesitaba conseguir esta noche) como por Chile que con la derrota perdía el primer puesto (y la posibilidad de evitar a Brasil en el cruce) y se exponía a que un gol de Suiza le mandara a casa.

Ahí se acabó el partido que se quedó en un futbol-control y un tiki-taka sin profundidad (y por lo tanto más tiki que taka) y por lo tanto también sin riesgo. España ha logrado pasar cumpliendo con el objetivo previsto en cuanto a resultados (primera de grupo eludiendo a Brasil por más que los cariocas estén haciendo un fútbol que tampoco es como para temerles) y dejando dudas en cuanto a su juego ya que paradójicamente sigue habiendo un consenso general en que su mejor partido fue el único que perdió.

Algunas cosas claras que sí han quedado (al menos para mi) se refieren a que debemos jugar siempre con dos delanteros (Villa y Torres o Llorente con Pedro como alternativa) y a que el doble pivote hace que del dúo Xabvi carezca de función específica en el campo (hoy con la presencia de Iniesta el de Terrasa tampoco tuvo necesidad de coordinar el ataque limitándose únicamente a echar una mano con la transición del balón).

Ahora por fin se acabaron las matemáticas y empieza la historia. Estoy deseando ponerle las zarpas encima a la Portugal de Cr7/9 y Pepe la rana humana. ¡Allí estaremos!.

lunes, 21 de junio de 2010

The deepest

Por más que Del Bosque insistiera en que no habría grandes cambios con respecto al equipo que encajo la sorprendente derrota frente a Suiza lo cierto es que sí los ha habido y además sustanciales por más que algunos (me refiero a los que reivindican la vuelta de la furia) les hubiera gustado un cambio más radical.




La novedad más significativa fue la inclusión en el equipo de autentico delantero centro (Torres) así como fue la entrada de Navas por banda derecha.

Se podría argumentar que Torres sigue bajo de forma y que falló lo nunca visto y también se podría argumentar que España cargó demasiado el juego por la banda de Navas que recibió muchísimas pelotas, la mayor parte de ellas desperdiciadas. Pero también es cierto que la entrada de Torres liberó a Villa de la agobiante carga de ser el único referente en ataque lo que le permitió moverse con más libertad con el brillante resultado que todos hemos visto (lastima de penalty fallado mecachis). Si algún pero le pondría sería el de que su complicado carácter estuvo a punto de costarle carísimo a él y a la selección. Me refiero a esa galleta que le soltó al defensa hondureño, por cosas más ínfimas que esa se han visto ya expulsiones en este Mundial (hoy mismo sin ir más lejos).

En cuanto a Navas hay que decir que posiblemente debió ser sustituido mediado el segundo tiempo y también que su juego es más propicio en un partido de contraataque con espacio de por medio pero un delantero que finaliza un encuentro con el balance de un pase de gol y un penalty provocado me parece bastante valioso.

Por lo demás decir que las novedades en la delantera supusieron la desaparición de los dos medias puntas (Silva e Iniesta aunque este último quedó más bien en reserva por lesión) que fueron sustituidos por Xavi Hernández cuyo juego mejoró notablemente al tener, esta vez sí y a diferencia del partido inaugural, una labor definida en el campo que no fue otra que la de dirigir el ataque español, sobre todo en la segunda parte. El resultado fue que en esta ocasión le tocó a Xabi Alonso quedarse sin sitio en la zona ancha ya que Busquets le superó claramente en la labor de medio centro. Creo que Del Bosque debería decidirse de una vez por cual de los jugadores se decanta porque sinceramente esta forma de jugar nos resta siempre un mediocampista.

Los cambios no le sentaron bien al equipo, no entendí mucho la sustitución de Xavi (salvo que el jugador catalán solicitara el cambio por cansancio o por molestias o que Del Bosque lo haya hecho por razones de psicología en plan “que jueguen todos un poquito para que nadie se moleste”) por un Cesc que desperdició una gran ocasión de gol y que luego estuvo desaparecido. La sustitución de Torres sí estaba más que justificada (y no por el mal partido del niño sino porque era lo más prudente teniendo en cuenta sus problemas físicos) aunque la entrada de Mata tampoco aportó gran cosa. Lo cierto es que tras estos cambios el equipo decayó aunque también puede ser que les afectara el cansancio físico y moral después de una semana infernal.

Pero lo más importante de todo es que se ha cumplido con el primer objetivo. Como decía Slim en su blog, malo es cuando en un Mundial los equipos y sus aficiones tienen que echar mano de las matemáticas (seguro que Brasil y Argentina no lo están haciendo en este momento).En el partido previo la victoria por la mínima de la selección chilena nos beneficiaba siempre y cuando ganáramos hoy por un marcador mínimo de dos cero y eso se ha hecho. Ahora queda una verdadera final el próximo Viernes en la que sólo vale ganar. La mejor noticia es la recuperación de Villa como goleador y que el equipo ha estado mucho menos espeso que en el primer partido y por supuesto que todos estamos mucho más aliviados, espero que los jugadores también.

miércoles, 16 de junio de 2010

Los Borgia contra los inventores del reloj de cuco.



No sería demasiado honesto decir que Del Bosque se equivocó con la alineación pero reconozco que el equipo con el que saltó España al campo me dejó un poco confuso. Reconozco también que no había visto ninguno de los amistosos previos así que no sé si el dibujo de esta selección estaba ya predefinido por dichos encuentros.

El sistema elegido se asemejaba poco tanto a un 4-3-3 como a un 4-4-2, durante el primer tiempo y parte del segundo, hasta que llegó el desastre, España ha jugado prácticamente con un solo delantero, el asturiano Villa al que no se le puede pasar la pelota por alto y con el que resulta difícil conectar entre un bosque de piernas defensivas, muestra de ello es el hecho de que las únicas ocasiones en la que se mostró con peligro fue siempre a contrapié y partiendo desde la posición de interior con espacio frente a él para driblar y buscar el tiro o el pase. De este modo Villa no iba a combinar con otro delantero sino con dos jugadores (Silva e Iniesta) que son más bien interiores y que suelen situarse en la zona de media punta.

Por otro lado la elección de un centro de campo formado por dos mediocentros (Busquets y Xabi Alonso) quitaba trabajo defensivo a Xavi Hernández pero la presencia de dos mediapuntas (los señalados Silva e Iniesta) también le quitaba trabajo ofensivo, el resultado es que el de Tarrasa estuvo durante la primera parte bastante fuera de sitio y no empezó a cobrar protagonismo hasta la sustitución de Silva momento en el que tomó el control del ataque y jugó como estamos acostumbrados a verle aunque sin fortuna por desgracia.

A todo esto se añade el hecho de que la banda derecha suiza (seguramente por la presión de tener a tres jugadores atacando por el centro) estaba más despoblada que Torralba de los Cizones, resultaba difícil no pensar que un Navas doblando a Sergio Ramos podría haber reventado a Suiza por ese lado.

A toro pasado todas estas circunstancias pueden hacer pensar que la primera parte fue un tiempo perdido pero siguiendo con las intenciones de honestidad no tuve esa sensación cuando llegó descanso. El equipo estaba dominando totalmente a Suiza, tocando la pelota y, sobre todo a través de Iniesta, buscando el gol con tranquilidad (por más que la ocasión más clara fuera una jugada de Piqué) de manera que sólo parecía cuestión de tiempo que tal cosa sucediera.

Al comenzar la segunda parte se daba ya por seguro que España metería a Navas para trabajar la banda derecho a cambio de un Silva que tocó mucho balón pero que, salvo excepciones, no parecía saber mucho qué tenía que hacer dichos toques. En ese momento vino lo impensable….lo impensable para todo aquel que no haya comprendido ya (y esta es la piedra angular de la sabiduría en cuanto al deporte rey se refiere) que hasta el equipo más malo te puede hacer un gol. De un balón por alto hacia la nada surge el mal control con la cabeza de uno de nuestros mediocampistas (lamentablemente creo que se trataba de Busquets) que rebota hacia un delantero suizo, luego falla uno de nuestros defensas (Puyol, qué le vamos a hacer), despeja Iker, tropieza en Piqué y entre rechaces y rebotes el balón se cuela en la portería.

Un accidente sin duda pero el fútbol no entiende de esas cosas. Quedaba todavía tiempo para empatar e incluso remontar, la cuestión es cómo se iba a gestionar dicho tiempo. Pero antes había que cambiar el chip, ya no existía la tranquilidad del primer tiempo pero aún así se tardó diez minutos en efectuar el doble cambio de Navas y Torres por Silva y Busquets (el doble pivote atrás no tenía ya ningún sentido). A estas alturas y con su táctica de cerrojazo más justificada que nunca Suiza respondió taponando la banda que hasta ese momento había dejado tan desprotegida, el extremo sevillano lo intentó todo pero salvo una jugada en la que se impuso por rapidez el resto del tiempo se lo pasó luchando contra los zagueros helvéticos y enviando pases laterales que en su mayor parte no encontraron rematador. Por su parte Torres evidenció su baja forma debido a sus continuas lesiones y no entró en el partido en ningún momento.

La retirada de Iniesta por un golpe recibido (parece que no es nada gracias a Dios) finiquitó el partido con una España ahora sí dominada por la ansiedad, con Xavi intentado conectar sin éxito con los delanteros y Xabi tirando de todas las formas posibles y sólo una vez con acierto (aún así hubiera bastado pero el balón dio en la madera).

Dije en el post anterior que por una vez todas las baladronadas habituales que se suelen lanzar cuando el equipo nacional afronta una competición estaban esta vez plenamente justificadas. Y no porque los jugadores fueran mejores que en ocasiones pasadas sino porque parecía que el equipo estaba mejor conjuntado y había encontrado por fin un estilo propio. Después de este desastre España ha pasado de candidata a ganar el Mundial a plantearse una vuelta a casa antes de tiempo o como mucho un cruce mortal con la todopoderosa Brasil.

¿Soluciones? Desde mi humilde condición de aficionado yo creo que es imprescindible volver a jugar con dos auténticos delanteros (Torres y Villa con Navas y Pedro de recambio) uno o dos jugadores de enganche (Silva e Iniesta o Cesc) y sólo un pivote por detrás de Xavi. Está claro que aun jugando bien necesitamos mayor profundidad.

Honduras espera, otra cosa que no sea la victoria significará volver a casa, luego posiblemente habrá que jugarse el primer puesto contra Chile con la perspectiva de un amenazador triple empate.

jueves, 10 de junio de 2010

Otra vez, con más sentimiento.

Hace cuatro años en mi, por entonces, recién inaugurado blog (y en los tiempos anteriores al spin off futbolístico en el que hoy se escribe esto) y con motivo del mundial de Alemania hice un pequeño ejercicio de memoria personal sobre mis recuerdos de la máxima competición por selecciones nacionales. Hoy, cuatro años más tarde y en vísperas de un nuevo mundial, traigo aquí de nuevo dicha remembranza corregida y aumentada con las expectativas generales sobre lo que se nos viene encima.


Ya está aquí de nuevo el Mundial de Fútbol, y otra vez la eterna pregunta ¿Qué nos va a pasar este año? ¿Será este por fin nuestro mundial o volveremos a fracasar por causas propias o ajenas? Mientras tanto me hace ilusión hacer un repaso a mi experiencia personal con el mayor acontecimiento del mayor deporte del mundo.


ARGENTINA 1978


El Mundial que nunca debió celebrarse. Unos meses antes había tenido yo mi primer y dramático contacto con la selección nacional durante la fase de clasificación en el partido contra Yugoslavia, la célebre “Batalla de Belgrado”, la del botellazo a Juanito (nuestro Jake LaMotta particular) donde los serbios dieron un adelanto de la mala leche que gastaban.



Ya en Argentina y con Kubala de seleccionador empezamos perdiendo con Austria por dos a uno. Luego vendría un empate con Brasil donde se produjo uno de los hechos más recordados de la leyenda negra de nuestro equipo: el no-gol de Julio Cardeñosa, un hecho que marcaría para siempre la vida de este futbolista y por el que todavía hoy casi treinta años después le siguen preguntando. Luego vendría una inútil victoria con Suecia y para casa sin pena ni gloria





ESPAÑA 1982



Nuestro Mundial, se supone que todo estaba preparado no para que ganáramos sino para que por lo menos quedáramos entre los cuarto primeros, incluso Pablo Porta llegó a decir “por lo menos nadie dirá que fracasamos por culpa de los árbitros”. Eran los años de la eclosión del fútbol vasco y en el combinado nacional había que yo recuerde hasta cinco jugadores de la Real Sociedad.

Pero todo salió mal. Empezamos empatando a uno con Honduras luego siguió una victoria apurada contra Yugoslavia y terminamos la primera fase con una increíble derrota contra Irlanda del Norte lo que motivó que no fuéramos a parar a un grupo relativamente asequible (con Austria y Francia) y cayéramos de cabeza en una matadora eliminatoria triangular con Alemania e Inglaterra. Tocó perder con los primeros y empatar con los segundos por lo que quedamos fuera del nuestro propio Mundial en uno de los más gloriosos ridículos que se recuerdan. Una lastima porque en líneas generales fue un gran Mundial con encuentros maravillosos como el de Italia y Brasil de la segunda fase o la semifinal entre Francia y Alemania.

El desastre trajo como consecuencia una gran depuración del equipo nacional de la que sólo se salvaron Camacho y Arconada (a pesar de sus tremendos errores en este Mundial) y del que por supuesto no se libró nuestro entrenador, el pobre Santamaría. Resumiendo: mofa, befa y escarnio.




MEXICO 1986



Llegamos al Mundial de México con excelentes expectativas. Veníamos de quedar subcampeones en la Eurocopa de Francia dos años antes y la columna vertebral del equipo la formaba una quinta del Buitre en plena apogeo. Entrenaba Miguel Muñoz otro de los grandes jugadores de los cincuenta y sesenta conocido además por tener “una flor en el culo” es decir, una gran dosis de buena suerte que había comenzado con la histórica goleada a Malta.

Empezamos perdiendo con Brasil, un partido que fue escenario de otra de las leyendas negras del combinado nacional: el no-gol de Michel, esto es, un disparo del centrocampista que tras dar en el larguero boto claramente (como demostró una foto muy celebre publicada en Interview) dentro de la portería brasileña. Pero el árbitro australiano no quiso verlo y mister Bambridge entró con honores en la galería de villanos que suelen amargarnos estos acontecimientos.



Pero la cosa no fue tan grave ya que no tuvimos problemas en liquidar a los demás equipos de esta primera fase.

Ya en cuartos arrasamos a Dinamarca con cuatro goles de Butragueño en uno de los mejores partidos que se recuerdan de la selección y que motivó que nuestro equipo empezara a sonar como el candidato sorpresa a conquistar el título. El sueño terminó en cuartos de final en la que tras empatar a uno con Bélgica quedamos apeados en la tanda de penaltis después del fallo del asturiano Eloy. En fin, nuevamente para casa con la sensación de que también había fallado el probablemente mejor equipo que hayamos tenido nunca y con el único consuelo del grito “Eloy amigo, España está contigo” y otras estupideces más con las que los fracasados solemos consolarnos




ITALIA 1990



Esta vez entrenaba Luís Suárez, otra gloria del pasado metido a seleccionador y además el único jugador español que ha conseguido triunfar en el Calcio de los muchos que lo han intentado. Pero las cosas ya no eran como antes, la quinta del buitre estaba en decadencia, incluso tras el nefasto primer partido que empatamos a cero contra Uruguay algunos periodistas tildaron a Michel de “camello jubilado”, pero el gran jugador merengue se desquitó con un “hat trick” contra Corea del Sur y los ánimos se levantaron un poco. En octavos de final otra vez la eterna Yugoslavia. Resultado: 2-1 y Michel volvió a caer en desgracia tras decidir cortarse la cabeza en el lanzamiento de falta que dio la victoria a los balcánicos.




USA 1994


Comienza la era Clemente. Tras una dramática fase previa nos plantamos en los USA con una buena parte del país deseando en su interior que el arrogante vasco se diera de narices contra el suelo. Y parecía que iba a ser así cuando empezamos empatando de forma ridícula contra (otra vez también) Corea del Sur, pero al final conseguimos pasar a octavos tras empatar con Alemania y derrotar a Bolivia. Una vez allí libramos sin grandes dramas de Suiza y nos plantamos en los malditos cuartos en esta ocasión para vernos las caras contra Italia.

Otro partido que pasa a engrosar nuestra leyenda. Perdimos dos a uno después de sendas cagadas de Zubizarreta y Julio Salinas (dos de los buques insignias de Clemente) y de un penalti no pitado tras un fenomenal codazo del italiano Tassoti a Luís Enrique. Ni el guionista más sádico hubiera sido capaz de idear tantas desgracias. Otra vez fuera de juego con el árbitro húngaro Sandor Puhls marchándose a hacer compañía a Bambridge en la galería de villanos.





FRANCIA 1998



Llegamos al Mundial francés con Clemente más peleado contra el mundo que nunca y con el único y venenoso apoyo de José María García. Otra vez más el desastre y en la primera ronda. Derrota contra Nigeria, empate contra la rocosa Paraguay y victoria pírrica por goleada contra Bulgaria. Clemente se negó a dimitir y Villar no se atrevió a echarle, más tarde otra derrota contra Chipre (“ojito con Chipre” recordada frase del inefable entrenador vasco) le supondría su salida de la selección con más ignominia aún.


JAPÓN Y COREA DEL SUR 2002


Fin de la era Clemente y principio de la corta carrera como seleccionador del sudoroso Camacho. Tras superar una primera fase de la que no recuerdo ningún acontecimiento especialmente destacable y superar a Irlanda en otro partido del que tampoco recuerdo gran cosa tenemos la gran desgracia de que nos toque en cuartos la anfitriona Corea del Sur. En un nuevo agravio arbitral, dos goles legales anulados y en general un marcado favoritismo hacia el equipo asiático que ya había sido beneficiado en los cuartos de final contra Italia. El malvado en esta ocasión fue el egipcio Ghandour. Empate a cero, prorroga, penaltis, fallo de Joaquín y otra vez a la calle con el rabo entre las piernas. El destino no cambia.




ALEMANIA 2006



Tras la renuncia de Camacho (una de las características del murciano es su tendencia a quitarse de en medio sin que se sepa muy bien por qué como hizo también cuando el Real Madrid le puso al frente de su equipo) ocupó el cargo Luis Aragones entre la desconfianza general de la prensa deportiva por la tendencia del sabio de Hortaleza a un juego de más control y centro de campo dejando a un lado la casta, la garra, el pundonor, la furia y el sudor de huevos característicos de nuestro juego de selección.

Primer partido contra Ucrania donde arrasamos en juego y resultado haciendo que renacieran las esperanzas. En el encuentro contra Tunez además demostramos que también podíamos remontar si era necesario. En este segundo encuentro tuvo que salir Raul a sacar las castañas del fuego y tras marcar el gol del empate el astro madridista tuvo la poca delicadeza de zafarse de los muchos compañeros que quisieron celebra el tanto con él (seleccionador incluido) e ir en busca de sus compinches Cañizares y Michel Salgado. Por aquel entonces la decadencia de Raul no era todavía tan evidente y el delantero no llevaba bien su condición de suplente, nunca se sabrá bien que pasó en esa concentración pero por lo visto el grupito Raul-Cañizares-Salgado incordió tanto a Luis Aragones que decidió no volver a llamar a ninguno de ellos en lo sucesivo. El tercer partido contra Arabia Saudí fue un mero trámite.

En octavos nos tocó en suerte Francia. Para entonces las dudas iniciales ya se habían despejado debido al buen juego del equipo (tres victorias en la primera fase era algo que hacía mucho que no sucedía, o al menos yo no lo recuerdo) y al elevado número de goles transformados. Pero para entonces también y como suele ser tradicional en un país de perdedores nuestro victimismo se había convertido en una intolerable arrogancia. Prueba de ello fue la idea de nuestro diario líder de ventas de calificar a Zidane de "jubilado", y eso que este era "de los suyos". No quiero decir que esta circunstancia contribuyera a nuestra derrota, sólo digo que esto es un ejemplo más de la poca categoría que demostramos cuando estamos cerca de lograr algo grande. En fin, Francia fue superior a España y esta vez nuestra eliminación estuvo más que justificada, sin árbitros cabroncetes de por medio.

Y eso es todo. Como se puede ver, una abrupta historia llena de injusticias arbitrales, goles fantasmas, penaltis fallados, errores clamorosos de grandes jugadores que se vienen abajo en partidos decisivos y como único consuelo un puñado de frases hechas que siempre nos han acompañado (encabezada por la más celebre de todas “jugamos como nunca y perdimos como siempre”) para enmascarar el hecho de que siendo como somos una de las ligas más potentes del mundo nuestra palmarés en el Mundial de Fútbol se reduce a un cuarto puesto obtenido hace ahora exactamente 60 años.

En esta ocasión acudimos a la cita Sudafricana con grandes esperanzas que por una vez están justificadas. Gracias al empeño de Aragaones por que el equipo jugara al fútbol en vez de correr como caballos desbocados conseguimos ganar la pasada edición de la Eurocopa logrando un título internacional después de 42 años de "jugamos como nunca y perdimos como siempre". Por el camino perdimos al bueno de Zapatones que acabó hasta los mismísimos de la caverna que no le perdonaba haber mandado a Raul y compañia a la prejubilación. En su lugar tenemos a Vicente del Bosque (alias Krusty el payaso aunque también se le conoce como Mister Potato), un tipo que ha sobrevivido en el mundo de la dirección futbolística a base de hacer todo lo que la gente espera que haga sin arriesgarse nunca lo más mínimo. Una forma de entrenar nefasta cuando las cosas van mal pero muy eficaz cuando las cosas van bien y tenemos un buen equipo. Esperemos que el buen ambiente se mantenga dentro y fuera del campo y que no repitamos errores y horrores del pasado.



En cualquier caso allí estaremos como siempre. Otra vez con más sentimiento.