Jornada XII
Tras la inesperada derrota del Real Madrid en Sevilla (me
han jodido la quiniela) se presentaba la oportunidad de dar un nuevo hachazo a
la liga.
Tito volvió a optar por una alineación semejante a la del
otro día con Iniesta sumado al ataque por banda y Cesc en una posición más
retrasada. No soy partidario ni de lo uno ni de lo otro pero está claro que hoy
la variante funcionó a la perfección. Quizás el Mister necesita la habilidad
del de Fuente albilla (junto con su facilidad para conectar con Jordi Alba)
para potenciar ese camino para perforar la casi siempre nutrida defensa
contraria. En la zaga volvió a alinearse la que estaba prevista como titular al
principio de la temporada.
La primera parte discurrió por los derroteros habituales con
el Barça royendo el hueso tratando de encontrar el tuétano y con el equipo
local (que siempre parece ser el visitante) defendiéndose con acierto y
contragolpeando con peligro.
El Barça trató infructuosamente de combinar por el centro y
acertó algo más al penetrar por banda por más que los pases desde esa
demarcación (sobre todo la izquierda) no encontraron rematador. Por la otra
banda Pedrito ofreció su cara menos brillante, lo malo es que este hecho no
mejoró tampoco cuando en la segunda parte dispuso de más espacio.
Entretanto había tenido lugar un hecho muy remarcable.
Cuando en el minuto 14 Alves lesionado (por lo visto serán un par de semanas)
dio entrada a Montoya en el campo había 11 jugadores salido de la fábrica de
los sueños, un hecho que hace diez años hubiera sido una utopía más
irrealizable que el pleno empleo en Écija.
Se llegó al descaso pues con una alineación marca de la casa
y con la sensación de que, sin estar haciendo un buen partido (aunque sí un
partido serio), el Barça podría sin duda encontrar la llave del tesoro en la
segunda parte.
Nada más reanudarse el encuentro y en trece minutos una
serie de genialidades de Iniesta (dos de ellas culminadas por Messi y una
tercera por él mismo) sentenciaron el partido, la guinda fue algo más tarde otro
bonito gol de Cesc (que contribuyó a mejorar la impresión final de un partido
discreto de este jugador). A partir de ahí todo fue ahorrar fuerzas y conservar
la pelota, incluso el penalty pitado en nuestra contra sirvió para que Valdés
redondeara asimismo una gran actuación personal.
Jornada futbolísticamente perfecta en todos los frentes que
interesan al equipo y que deja la paradójica circunstancia de desear que en la
próxima jornada el Madrid le gane al que se ha convertido ya en el máximo rival
en esta liga ¿no es el fútbol una cosa muy extraña?