JORNADA XXV
Extraña y heterodoxa alineación de Martino en una salida que
se consideraba a priori muy difícil y en un momento en el que no se podían
ceder puntos cuando estamos a las puertas de uno de los duelos (el derby madrileño)
que en teoría debía decidir la liga.
El equipo saltó al campo sin Xavi que en esta ocasión no fue
sustituido por nadie porque Song jugó retrasado, en la posición de medio centro
defensivo, mientras que Busquets hacía más bien de interior. Por delante la
titularidad de Neymar obligaba a Pedro a caer por su banda mala (por muy
ambidextro que se sea siempre hay un lado mejor que otro). Detrás rotaban
Mascherano y Alves. Nada más empezar el partido se tenía la sensación de que
Martino había elegido mal el partido para que algunos jugadores descansaran.
El encuentro se convirtió muy pronto en un desbarajuste en
el que la falta de un jugador que creara un cierto sentido del ritmo se notó
demasiado, en un principio la incorporación de Song a la defensa pretendía
cortar el juego del contraataque donostiarra pero aunque en un principio se
consiguió este objetivo se perdió mucho más con la falta de un centro campista
que ocupara con autoridad la franja ancha del campo. Por añadidura un
extremadamente motivado equipo local parecía comerse a un Barça sorprendentemente
bajo en intensidad de juego con un Messi en modo 45 revoluciones y un Neymar al
que una patada en los primeros compases del encuentro sacó por completo del
teatro de operaciones.
Aún así no parecía que hubiese motivos de alarma, supongo
que Martino confiaba en controlar el partido con un juego lento y esperar a que
sus cracks se decidieran a desperezarse. En ese momento llegó el gol de la Real
producto de un desafortunado bote en el cuerpo de Song y de la ya acostumbrada
inoperancia defensiva del equipo en los balones por alto. Si ya se aventuraba
un partido incomodo y difícil con el marcador a en doble cero con el gol de la
Real las cosas parecían ponerse muy cuesta arriba. Por fortuna a los tres
minutos el equipo logró la primera combinación en ataque de todo el partido y
Messi anotó el empate de un tiro raso y bien colocado. Quizás el susto del gol
local podía haber espoleado al Barça para tomarse el partido en serio pero no
hubo tal, proseguía el agujero en el centro de campo, el ritmo cansino en
ataque y en defensa se prodigaban una serie de errores terroríficos.
Llegó el descanso en medio de un desbarajuste táctico que
había que solucionar, urgía la incorporación de Xavi y la sustitución de Pedro por
un verdadero delantero diestro para retomar el control del partido y abrir el campo
a más opciones ofensivas. Como suele ser costumbre (aunque nunca entenderé por
qué) saltó al campo el mismo equipo dubitativo del primer tiempo, y al poco de
la reanudación Bartra despejó un balón al revés y en medio de las ya
mencionadas lentitud y torpeza de la defensa llegó el segundo gol donostiarra. Y
cuando ni siquiera habíamos acusado el golpe el 3-1 que hizo que abandonara la
visión de un partido que ya nadie podría arreglar.
Dolorosa derrota en un momento importante tras un grave
error de táctica y estrategia de Martino, esta debacle deja al equipo tres puntos
por debajo del nuevo líder que tiene un ocasión de oro para meter la misma
ventaja al Atlético de Madrid en la próxima jornada para luego aguardar el
partido de vuelta del clásico lo que le podría dar virtualmente el título de
liga.
En resumen se ha fallado en un momento crítico.