Jornada VI
El partido de ayer se presentaba como el último gran
obstáculo para llegar ante el clásico con ocho puntos de ventaja, una ventaja
que, de convertirse ese día en once puntos, podría decidir (salvo que
posteriormente se diera la circunstancia, difícil pero no imposible, de que el
Madrid ganará todos los encuentros y que el Barça perdiera cuatro) la liga o al
menos una buena parte de ella.
La salida al Sánchez Pizjuan nunca resulta fácil, el equipo
sevillano es uno de esos de la clase media-alta de la liga que aunque ya no
aspiren a conquistarle les encanta buscarle las cosquillas a los grandes, ya lo
hicieron este año ante el Real Madrid y ayer estuvieron a punto de conseguir lo
mismo.
La alineación inicial resultó ser la que Tito ha diseñado
para hacer frente a las numerosas bajas de esta temporada, es decir con esa
dudosa defensa de circunstancias (a la que ayer se añadió Jordi Alba recuperado
ya de su enfermedad a juzgar por el recital físico que dio en ataque y defensa),
un centro de campo con Cesc en lugar del lesionado Iniesta y una delantera con
Messi, Alexis y Pedro.
Al contrario que en ocasiones anteriores el partido estaba
discurriendo por unos derroteros muy favorables, el Barça dominaba como siempre
pero en esta ocasión era capaz de trenzar buenas combinaciones en ataque y
sortear sin tantos problemas la defensa contraria, y el Sevilla por su parte no
se mostraba capaz de crear peligro. Parecía que el gol era cuestión de tiempo,
pero en lugar de eso una jugada aislada de los locales finalizó en un tanto que
subió al marcador por una mezcla de desidia de Alves y poca fortuna de Valdés.
Paradójicamente el gol, en lugar de espolear más el ataque
blaugrana, consiguió que este se diluyera un tanto mientras que el Sevilla
empezó a tocar más el balón y cada vez con más peligro, en estas circunstancias
llegar al descanso fue lo mejor que pudo suceder. Pero tras la reanudación vino el mazazo en forma de gol de Negredo en
una jugada en la que vale la pena detenerse.
Como todos sabemos el frente de la defensa barcelonista está
formado ahora mismo por dos medio centros (Mascherano y Song) ejerciendo de
defensas improvisados, se trata de dos demarcaciones muy diferentes incluso en
lo referido a la mentalidad de juego, el medio centro profesional sabe que si
mete la pata tiene detrás una cobertura que puede solucionar el desaguisado, el
defensa central profesional sabe que si falla no queda más que el portero
detrás suyo y por lo tanto ese fallo tienes muchas probabilidades de terminar
en gol, la cuestión es que tanto Mascherano como Song en jugadas puntuales han
actuado con mentalidad de medio centro en lugar de con mentalidad de defensa,
de ese modo y tras la mala entrega de Busquets (que también debería pensar en
qué tiene detrás de él antes de arriesgar un pase que coja a nuestra defensa a
contrapié) Song atacó a Negredo con debilidad, no usó el cuerpo como barrera
para desplazar al delantero sevillista e incluso pareció que se apartaba de él
para no hacerle falta, una actitud que ni Puyol ni Piqué hubieran tenido, y
este es el principal problema que tiene nuestro equipo y el que, de no mediar
alguna solución, puede contribuir a amargarnos la temporada.
Lo cierto es que con el dos cero en contra la remontada
(incluso el empate) se antojaba una tarea extremadamente difícil, por fortuna
el gol de Cesc cuatro minutos más tarde redujo la distancia lo bastante como
para no caer en el desánimo. Pero aun quedaba mucho por hacer y en ese momento
creo que todos los cules hubiéramos firmado un empate que incluso en esa fase
del juego se previa muy cuesta arriba.
Lo mejor que se puede decir del Barça es que no se vino abajo y que buscó con paciencia, y
sin traicionar nunca sus principios futbolísticos, la remontada. Messi se
incrustó en medio de la defensa sevillista como si de un pivot de balonmano se
tratase buscando convertirse en el eje (junto con Cesc y Xavi) del ataque
barcelonista, Pedro a su vez cambió continuamente de banda intentando abrir el
campo al igual que Alexis que una vez más volvió a quedar empantanado y sin
capacidad de generar peligro.
Pero a pesar de todo el tiempo seguía corriendo y el
marcador seguía desfavorable, pronto empezaron los cambios pero justo al
terminar de hacer el primero (Alexis fue sustituido por Tello que, como suele
ser habitual, mejoró mucho el ataque por banda, al contrario de lo que había
sucedido con el jugador chileno) se produjo una de las jugadas decisivas del
encuentro. En una absurda disputa por un balón con el juego parado Gary Medel y
Cesc juntaron sus cabezas en la típica situación de intimidación recíproca y el
jugador barcelonista se mostró como el más perjudicado del encontronazo lo que
supuso la tarjeta roja para el sevillista. Una expulsión es una decisión
arbitral grave e irreversible y debe estar muy justificada, lo de ayer no era
expulsión, si hubo agresión fue mutua y yo ni siquiera pienso que hubiera
agresión sino más bien una desconsideración que debió zanjarse con una tarjeta amarilla
para cada jugador. Los sevillanos tienen razones para quejarse sobre todo
porque tenemos la certeza de que en el caso contrario posiblemente Cesc no
hubiese sido expulsado, los madridistas en cambio no tienen motivos para quejarse después de que a Higuaín y Di María
se les perdonasen sendas rojas de forma vergonzosa hace bien poco.
Como quiera que sea la inferioridad numérica unida a los
ingresos en el campo del ya mencionado Tello, de Thiago (por un Busquets
tarjeteado y en riesgo de expulsión) y de Villa (por Song volviendo así a la
defensa de 3 clásica de los momentos de apuro) provocó que el acoso a la portería
local fuese ya imparable, así vinieron el segundo gol de Cesc a pase de Messi
(en una jugada iniciada por Thiago tras una mano involuntaria y aquí entramos
en una complicadísima cuestión arbitral que sigue sin resolverse después de
muchos años de discusión) y, cuando la parroquia ya se daba más que satisfecha,
llegó el formidable regalo del gol de Villa con el que nuestro equipo iguala el
record de 6 victorias consecutivas obtenido en su día por Van Gaal pese a que
buena parte de dichas victorias se hayan conseguido en circunstancias estresantes
como la de anoche.
Lo mejor la victoria, los puntos y recibir al eterno rival
con una coraza de ocho de diferencia. Lo pero la lesión de Thiago y para la
reflexión una serie de anotaciones
a) hay
que solucionar el problema de la defensa al precio que sea, un equipo con una
vocación atacante como la nuestra no puede sufrir pensando que un contragolpe
será defendido de forma dudosa, lo hemos visto demasiadas veces esta temporada.
b) a
pesar de quedarse nuevamente sin marcar (estuvo dos veces a punto de hacerlo)
Messi hizo un partidazo, se vació en el centro de la delantera organizando el
ataque y dio dos asistencias de gol.
c) Cesc
debe jugar lo más cerca posible del área, su gran partido de ayer es una
excelente noticia para un jugador al que la comunidad estaba empezando a
cogerle manía
d) si
conseguimos la completa recuperación de Villa, Puyol y Piqué este año
arrasamos.