JORNADA XVI
Victoria del Barça que liquida la denominada “etapa reina” coronando el último puerto de montaña. Puede que no haya sido el mejor partido del Barça pero creo que ha sido hasta el momento el mejor partido de la liga y el Villareal uno de los pocos (yo diría que casi el único) que le ha jugado a los azulgranas de tú a tú.
Las novedades en la alineación de este partido con respecto al clásico fueron las de Piqué en la defensa y las de Keita y Busquets en la media. Piqué estuvo bien, sacando muchísimos balones por alto y cortando jugadas al filo del pase de la muerte. En el centro de campo en cambio se perdió bastante autoridad con la ausencia de Touré aunque se ganó en toque con la presencia de Busquets (que dejó más tranquilo a Xavi para dedicarse a tareas de organización en el ataque). Sigo sin ver ninguna influencia de Keita en el juego (algo con lo que casi nadie está muy de acuerdo por los comentarios que estoy leyendo) aunque su gol ha sido providencial como también lo fue el que metió contra el Getafe.
El partido se jugaba de poder a poder en todas las demarcaciones del campo. El Barça tuvo una primera gran oportunidad después de una cesión de Xavi que Henry no pudo aprovechar. Una clara ocasión de gol que de haberse materializado podría haber hecho que viéramos un partido muy distinto.
Xavi se convirtió en el hombre más decisivo en el juego de ataque del Barça ejerciendo de pivote y distribuyendo el juego por las bandas o tratando de conectar con Messi y Etoo que estuvieron bastante apagados al quedar sumergidos por la defensa del Villareal. Casi todo el peligro venía por el lado de Henry que, cuando controla con espacio y recorre la banda hasta el fondo para tirar un pase, resulta muy peligroso o al menos mucho más que cuando dribla hacia fuera y se empeña en tirar de forma insulsa en la media distancia.
Pero como decíamos el Villareal no se dedicó sólo a defenderse, aunque esto lo hizo con bastante eficiencia en la primera parte, sino que luego era capaz de combinar con sus pivotes en el centro de campo y plantarse con peligro en las cercanías del área blaugrana.
Como digo fue uno de los pocos partidos que hemos jugado este año en el que daba la sensación de que cualquiera de los dos equipos podía llevarse el gato al agua.
Nada más iniciarse la segunda parte una de esas afortunadas combinaciones del Villareal provocó que uno de los atacantes locales, en esta ocasión Cani, le ganara la espalda a la defensa del Barça y adelantara a los amarillos. Un tipo de jugada por cierto que se repitió varias veces en los últimos compases del partido y que el mister tendrá que contrarrestar porque sinceramente el Villareal no empató por la sorprendente mala puntería de sus artilleros preferidos.
Pero volviendo un poco hacia atrás hay que decir que el Barça reaccionó muy bien y durante los siguientes quince minutos apabulló al Villareal merced a que, como suele ocurrir, con el transcurso del partido las marcas se relajaron y Xavi y Messi empezaron a tocar mucho más la pelota. De una de las incorporaciones de Alves al ataque (con mucho más fortuna que en la primea parte en donde su banda estuvo muy tapada) salió un pase que remató Keita con dos cojones. Luego vino un lujo de Xavi que, cuando todo el mundo esperaba un pase sencillo a Alves, se sacó de la manga una internada por la derecha que remató en esta ocasión Henry con un detalle de técnica de los que no se pierden ni con sesenta años a cuestas.
El Barça estaba jugando sus mejores minutos y casi todos los culés esperábamos alguna genialidad de Messi que matara el partido pero en esto llegó la injusta expulsión de Piqué por doble amarilla (no era ni falta) y todo se descompuso un poco. Salió Henry para que entrara Cáceres. No me gustó ese cambio, Henry es el típico jugador que hay que tener en el campo cuando las cosas van mal y es necesario retener la pelota.
Luego vinieron Touré y Hleb que no tuvieron mucha aportación al juego. El Barça no cometió el error de encerrarse en su área, aunque nadie hubiera podido reprochárselo, sino que siguió presionando y tocando arriba que es donde tiene que estar la pelota en momentos de apuro. Repito que lo peor de todo fue lo mucho que los delanteros levantinos le cogieron la espalda a la defensa que quizás estaba demasiado adelantada para estar en esta fase del partido.
Una victoria de mucho merito porque se produjo contra un gran conjunto, porque fue precedida de una remontada (demostrando que el equipo responde no sólo cuando se pone con 4-0 a favor en la primera parte) y porque se acabó sufriendo y en inferioridad. Gran victoria repito aunque un par de partidos más como este y terminaré con más canas de las que tenía el difunto Ramón Mendoza.
Dos cosas más para terminar:
1. No sé cuantas veces repitieron los de la sexta lo del último fichaje madridista ¿cincuenta? ¿doscientas? ¿tres mil? ¿quinientos mil?.
2. La expulsión de Piqué nos costó además dos amarillas a Etoo y Xavi. Hoy en el Arsenal-Liverpool se vio como expulsaban al gunner Adebayor también de forma injusta. La diferencia es que el delantero togoles tras una protesta razonable se largó sin que él ni sus compañeros dijeran ni pío. A ver si aprendemos.