El desbarajuste táctico prosigue sin que parezca que haya
solución posible. Ayer Luis Enrique volvió a sorprender con una variante en la
que incluyó en el equipo un doble pivote (Mascherano y Busquets) algo que hacía
mucho que no se veía (tanto que no recuerdo la última vez). Supongo que si
Iniesta estuviera en forma esto no habría pasado y que Lucho opinó que Rakitic
sigue sin ofrecer nada remotamente parecido a lo que hace el de Fuente Albilla,
además el partido de ayer aparecía en el horizonte como tremendamente difícil,
algo que luego se confirmó, y que por consiguiente el entrenador quería un
centro de campo fuerte y seguro.
La primera parte fue muy dura con una brega constante en
todo el campo y con escasas oportunidades (aunque Luis Suárez tuvo una de esas
que no se pueden fallar), el trío atacante apenas recibió balones y cuando lo
hizo tenía que vérselas con un una muralla defensiva impenetrable ( la ocasión
antes reseñada vino tras un rebote inesperado). Con la zona de tres cuartos
desactivada el equipo tenía que vivir de balones largos servidos por los
defensas o por Mascherano y de un Messi desquiciado que trataba de bajar a la
zona de medio campo a buscar la pelota, además el ya reseñado Luis Suárez no
tuvo su día y Neymar estuvo especialmente ineficaz y torpe.
La segunda parte parecía seguir los derroteros de la
primera, aunque el Barça empezó a dominar más (lo que no impidió que el
Valencia tuviera varias oportunidades que fueron salvadas por el mejor jugador
blaugrana ayer sobre el campo) lo que incluyó dos claras ocasiones de Messi y
Luis Suárez y un gol indebidamente anulado al uruguayo. Pero los minutos
pasaban y no parecía que el marcador se fuese a mover, los minutos pasaban y la
perspectiva de terminar en empate y ceder dos puntos más a la ventaja que nos
lleva el primer clasificado parecía cada
vez más inevitable (pese a lo cual y pese a al proverbial pesimismo culé eso no
hubieses significado ni mucho menos decir adiós a la liga), Luis Enrique trató
de ofrecer variantes sacando del campo a Mathieu y metiendo a Rakitc (haciendo
que Mascharano ocupara la posición de central) y posteriormente dando entrada a
Rafinha por Xavi y a Pedro por Luis Suárez (en el cambio más discutido y
discutible). Nada parecía servir y el Barça terminó los últimos minutos
poniendo cerco a la portería local con saques de esquina constantes, en uno de
ellos llegó por fin el gol salvador cuando ya casi se había rebasado el tiempo
de descuento.
Importantísima victoria que viene tras otro triunfo
destacado en casa ante el Sevilla, lo positivo es que el equipo no se vino
abajo y lucho hasta el final, lo negativo es lo de siempre, ni puñetera idea de
qué equipo queremos tener este año. Pero mientras lo descubrimos hay que seguir
adelante.
Ayer pasó otra cosa pero esto, y no es una frase hecha, no
tiene nada que ver con el fútbol.
