sábado, 19 de marzo de 2011

Jornada XXIX



Jornada oscurecida por la traumática noticia de la enfermedad de Eric Abidal que afortunadamente parece evolucionar de forma satisfactoria.

Independiemente de esto (y por supuesto es la consecuencia más insignificante)el resultado es que la ya trastocada defensa culé volvió a experimentar variaciones que en esta ocasión incluyeron la incorporación de Milito, la afición esperaba una vez más que Pep diera la alternativa a alguno de los centrales del equipo B pero el entrenador optó por la alternativa que sigue poniendo los pelos de punta a dicha afición. En la delantera la lesión de Pedro trajo la titularidad de Bojan y en el centro de campo jugó Mascherano para, se supone, dar descanso a Busquets antes de la pausa seleccionadora.

Durante la primera mitad el equipo jugó bastante incomodo debido a la falta de ritmo que trajeron las novedades en la alineación y a que el Getafe jugó entonces (y durante el resto del partido) con un nivel bastante alto que como suele ser habitual no le garantizó un resultado positivo. No obstante repito que el equipo jugó de forma bastante abrupta y a ese respecto el gol de Alves (uno de esos que se meten cada siete años) fue la mejor noticia. De todos modos el Barça tiene calidad suficiente como para generar toda clase de ocasiones, sobre todo si Iniesta sigue en ese momento espectacular por el que está pasando y Messi sigue teniendo esa inaplacable sed de juego y goles, lastima que ni Bojan ni Villa estuvieran demasiado brillantes aunque sí voluntariosos. El Getafe por su parte tan solo gozó de una oportunidad adecuadamente atajada por Valdes.

Saltó el Barça en el segundo tiempo con la sensación de querer resolver el partido y evitar otro empate como el que cedió en Mestalla, y consiguió su objetivo cuando Messi (que se movió durante casi todo el encuentro en posiciónes de delentaro centro o más bien de media punta muy adelantado) cedió a Bojan que marcó un gol tonificante para él y para todos en general. Tras esto vinieron los mejores momentos del equipo que no paraba de arrebatar la pelota al Getafe y crear multitud de ocasiones de peligro que se marraron por la poca precisión de los últimos pases. Con el tiempo el partido acabó por enfriarse algo que resultó un poco peligroso porque los madrileños no se resignaron y en esta fase del encuentro se vinieron arriba siempre que pudieron mientras el Barça no fue capaz de aprovechar los muchos espacios que se le dieron en el medio campo.

Al final el Getafe consiguió marcar aunque lo hizo tan tarde que esta circunstancia quedó, afortunadamente, en mera anecdota. Tramite concluido antes de entrar en un mes de Abril que promete ser más trepidante que el histórico mes de mayo de hace dos años. Hasta entonces.

martes, 15 de marzo de 2011

Get Well

domingo, 13 de marzo de 2011

Jornada XXVIII



Nueva salida que se planteaba complicada en el siempre abrupto campo del Sevilla (Durante la semana Pep recordó cómo en la penúltima jornada de la temporada pasada nos metió a todos el susto en el cuerpo cuando convirtió un 0-3 en un 2-3 como si nada), razón por la cual el mister sacó el once de gala sin tener en cuenta el hecho de que veníamos de un tremendo esfuerzo el pasado martes contra el Arsenal.

El partido empezó con malos augurios con un gol anulado nadie sabe por qué por el árbitro Pérez Lasa (que dio la impresión de estar totalmente superado por el partido o hablando en plata, pitó con los cataplines de pajarita) y al poco rato una temprana sustitución de Pedro (que por lo visto venía arrastrando molestias durante los días previos al encuentro) que desarmaba un poco la estructura de cambios del equipo. De todos modos minutos más tarde Iniesta asistió de forma magistral a Alves que a su vez cedió (aunque sinceramente creo que debió disparar él) a Bojan que a trompicones (y posiblemente con penalty de Cáceres incluido) metió el balón y a sí mismo en la portería.

A partir de ahí sólo existió un equipo en el campo, el Barça dominó totalmente al Sevilla, que apenas pudo acercarse a la portería visitante, con un gran juego que una vez más, y de forma cada vez más preocupante, no se materializó en goles. Así, y tras un susto en forme de choque de rodillas de Messi, se llegó al descanso.

Con la reanudación vino uno de esos goles psicológicos, uno de esos tópicos del fútbol que al menos hoy ha salido reforzado, no se explica de otro modo el hecho de que el Sevilla que –dicho sea con todos los respetos- hasta ese momento se había estado arrastrando por el campo se convirtió en un equipo renacido que supo contrarrestar muchos de los esfuerzos atacantes del Barça y fue capaz asimismo de contragolpear con tanto peligro que el espectro de la segunda derrota de la temporada estuvo muy cerca de hacerse realidad. Los azulgranas que hasta ese momento habían dominado sin problemas llegaron a verse avasallados por los locales en varias fases de la segunda parte, perdieron el control del centro de campo en virtud del evidente cansancio de Iniesta y Xavi, se resintieron en ataque debido al mal partido de Villa y al descenso de rendimiento de Messi (quien sabe si algo acogotado por el golpe de la primera parte aunque hay que decir que el argentino fue capaz de volver a crear peligro en al menos dos ocasiones) y sobre todo sufrieron terriblemente por su banda derecha debido a las punzantes incursiones del Sevilla.

En resumidas cuentas la segunda parte fue un desbarajuste táctico y un correcalles en donde primó el corazón y el orgullo antes que el control y la pausa, un partido loco aunque muy disputado, de los que entusiasman a los aficionados (a los neutrales) pero de los que inquietan a los entrenadores, quizás por eso Pep optó por introducir algo de orden en el caos apuntalando al equipo con Maxwell (que salió por un Adriano tremendamente desafortunado) y Keita (por Villa), dos cambios que sin duda el mister juzgó necesarios pero que causaron algo de confusión en el aficionado que quizás esperaba un revulsivo de carácter más atacante (Afellay, tampoco es que hubiera más).

Lo mejor de la segunda parte fue que, a pesar del cansancio y de las periódicas acometidas sevillistas, el equipo nunca se dejó intimidar, no renunció al juego de ataque y no dejó de buscar la victoria que incluso pudo caer en los últimos minutos en virtud de dos oportunidades de Iniesta que no entraron por poco, aunque para ser justos y como hemos señalado antes, también el Sevilla pudo llevarse dicha victoria. Al final reparto de puntos en un encuentro que podría entrar en la categoría de pérdidas razonables.

viernes, 4 de marzo de 2011

Micrófono abierto

Estaré una semana fuera de la ciudad así que dejo este post como micrófono abierto para comentar los futuros Sevilla-Barça, Barça-Arsenal y creo que Barça Zaragoza. ¡Vaya semanita!

jueves, 3 de marzo de 2011

Jornada XXVI



Parecía el partido de ayer uno de esos en los que hay que salir con el equipo de gala (o lo que se pueda sacar) y además con todo el mundo en su sitio pero en cambio fue el encuentro elegido por Guardiola para hacer cambios, y cuando nuestro mister hace cambios se empieza a hablar de “ataques de entrenador”, “guardioladas” y cosas por el estilo y todo el mundo en general se pone bastante nervioso.

Mientras tanto prosigue el desbajarajuste defensivo provocado por la larga, y ya preocupante, ausencia del capitán. En esta ocasión Pep optó por volver a retrasar la posición de Busquets para colocar a Mascherano en su lugar, aunque la principal novedad consistió en la insólita inclusión de Adriano en posición de interior, extremo (o lo que fuera que hizo el brasileño), no sé cual sería la intención del entrenador pero no creo que se ganara mucho con el cambio, Adriano hizo exactamente lo que hubiera hecho en la posición de lateral y por el contrario se restaron efectivos en ataque.

Pero el principal problema del Barça durante buena parte del encuentro no fue ese, el principal problema fue que Xavi e Iniesta estuvieron bajos de forma, que Messi, en buena parte debido a la circunstancia anteriormente señalada, sólo pudo crear peligro en dos fallos de la defensa local (en uno de esas ocasiones de peligro pensó una vez más en sí mismo antes que en el equipo, menos mal que la afición no necesitará ya acordarse de esa jugada) y que en general se prodigaron los fallos y las faltas de coordinación debido a una gran cantidad de factores pero sobre todo a la gran presión que el Valencia practicó en todo el campo. Esto último no es ninguna novedad, prácticamente todos los equipos salen con la idea (con la ilusión habría que decir más bien) de presionar al Barça hasta el punto de hacerle cometer un error y conseguir un tanto que nos obligara a cometer todavía más errores.

Normalmente esta actitud suele durar lo que duran las fuerzas, momento en el que el Barça recupera el control del partido y lo dirige de forma casi inevitable hacia la victoria. El mérito del Valencia ayer fue el ser capaz de mantener la presión inicial sin decaer en ningún momento hasta que el gol de Messi le hizo por fin bajar los brazos.

No hay mucho que decir del resto, las ligas (que no las eliminatorias de Champions) se ganan no sólo con partido brillantes sino también con encuentros de picapedreros como el de ayer. El gol resultó tonificante en especial, tanto porque Messi hizo olvidar sus fallos en el primer tiempo como por el hecho de que en esta ocasión la asistencia vino de una gran jugada de Adriano, un jugador que no convence a muchos pero que sigue luchando por un puesto en el equipo, además dadas las circunstancias está claro que vamos a tener que echar de mano de todo lo que podamos.

Lo peor (dejando a un lado la preocupante descoordinación entre Piqué y Pinto) como de costumbre no vino por la actitud de los profesionales de este deporte (aprovecho que hablamos de este colectivo para desear una pronta recuperación de nuestro técnico al que incluso aconsejaría que descansara en los próximos partidos) sino de los voceros habituales que una vez más vuelven a dar por ganada la liga, yo como culé viejo (y como viejo culé) no cantaré victoria hasta que no sea menester.

P.D. Lo de David Navarro contra el Atlético estuvo mal, lo de no alinearle ayer estuvo incluso peor.