jueves, 3 de marzo de 2011

Jornada XXVI



Parecía el partido de ayer uno de esos en los que hay que salir con el equipo de gala (o lo que se pueda sacar) y además con todo el mundo en su sitio pero en cambio fue el encuentro elegido por Guardiola para hacer cambios, y cuando nuestro mister hace cambios se empieza a hablar de “ataques de entrenador”, “guardioladas” y cosas por el estilo y todo el mundo en general se pone bastante nervioso.

Mientras tanto prosigue el desbajarajuste defensivo provocado por la larga, y ya preocupante, ausencia del capitán. En esta ocasión Pep optó por volver a retrasar la posición de Busquets para colocar a Mascherano en su lugar, aunque la principal novedad consistió en la insólita inclusión de Adriano en posición de interior, extremo (o lo que fuera que hizo el brasileño), no sé cual sería la intención del entrenador pero no creo que se ganara mucho con el cambio, Adriano hizo exactamente lo que hubiera hecho en la posición de lateral y por el contrario se restaron efectivos en ataque.

Pero el principal problema del Barça durante buena parte del encuentro no fue ese, el principal problema fue que Xavi e Iniesta estuvieron bajos de forma, que Messi, en buena parte debido a la circunstancia anteriormente señalada, sólo pudo crear peligro en dos fallos de la defensa local (en uno de esas ocasiones de peligro pensó una vez más en sí mismo antes que en el equipo, menos mal que la afición no necesitará ya acordarse de esa jugada) y que en general se prodigaron los fallos y las faltas de coordinación debido a una gran cantidad de factores pero sobre todo a la gran presión que el Valencia practicó en todo el campo. Esto último no es ninguna novedad, prácticamente todos los equipos salen con la idea (con la ilusión habría que decir más bien) de presionar al Barça hasta el punto de hacerle cometer un error y conseguir un tanto que nos obligara a cometer todavía más errores.

Normalmente esta actitud suele durar lo que duran las fuerzas, momento en el que el Barça recupera el control del partido y lo dirige de forma casi inevitable hacia la victoria. El mérito del Valencia ayer fue el ser capaz de mantener la presión inicial sin decaer en ningún momento hasta que el gol de Messi le hizo por fin bajar los brazos.

No hay mucho que decir del resto, las ligas (que no las eliminatorias de Champions) se ganan no sólo con partido brillantes sino también con encuentros de picapedreros como el de ayer. El gol resultó tonificante en especial, tanto porque Messi hizo olvidar sus fallos en el primer tiempo como por el hecho de que en esta ocasión la asistencia vino de una gran jugada de Adriano, un jugador que no convence a muchos pero que sigue luchando por un puesto en el equipo, además dadas las circunstancias está claro que vamos a tener que echar de mano de todo lo que podamos.

Lo peor (dejando a un lado la preocupante descoordinación entre Piqué y Pinto) como de costumbre no vino por la actitud de los profesionales de este deporte (aprovecho que hablamos de este colectivo para desear una pronta recuperación de nuestro técnico al que incluso aconsejaría que descansara en los próximos partidos) sino de los voceros habituales que una vez más vuelven a dar por ganada la liga, yo como culé viejo (y como viejo culé) no cantaré victoria hasta que no sea menester.

P.D. Lo de David Navarro contra el Atlético estuvo mal, lo de no alinearle ayer estuvo incluso peor.

2 comentarios:

Blogger El Impenitente ha dicho...

Fernando Llorente le partió anteayer la nariz a uno del Zaragoza, pero parece que de eso no se ha enterado nadie.

Aquí se quejan del árbitro. No vi el partido. No te sé decir. El caso es que están contentos. Buen partido. Mala suerte. Derrota cruel. Pero tienen buen sabor de boca.

Y los del Atleti no se pasan el balón. No se ajuntan como decíamos de críos nosotros. Lo de ser aficionado de un equipo, algo que te quita la salud y el sueño, para que luego lleven los que llevan tu camiseta en el campo es para que nos llamen gilipollas un millón de veces y, además, tengan razón.

Y Guardiola que no se recupere y así podéis fichar a su mentor: Juanma Lillo.

4 de marzo de 2011, 1:15  
Blogger SisterBoy ha dicho...

No vi nada en el arbitraje que pudiera resulta polémico ni de lejos, el Valencia perdió porque hizo un gran partido excepto en ataque.

4 de marzo de 2011, 1:54  

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