Jornada VII

El Barça saltó al campo sin dos de sus delanteros titulares y por lo tanto sin un 9 y a mí personalmente jugar sin un 9 es una de las cosas que más nervioso me ponen. El mismo problema tenía por cierto el Valencia que trató de jugar sin ningún delantero centro y fiándose sobre todo de su incomparable línea media. Ambos equipos pagaron esta circunstancia.

El Valencia salió a jugar presionando muy bien y provocando continuas y peligrosas pérdidas de balón. El equipo de Guardiola se vio claramente superado con la excepción de la defensa central (ninguno de los dos laterales en cambio tuvo un buen partido), de Valdés y del “Dulce” Iniesta. De resto “Humprey Bogart” Xavi estuvo muy tapado, Keita como casi siempre en una labor muy oscura y Touré jugando con mucho uno de los partidos más flojos que se le han visto nunca desde que viste nuestros colores. En la delantera Messi salió como en otras ocasiones de falso ariete y como en esas otras ocasiones terminó por caer a banda, de todas maneras el argentino dio la sensación de estar todavía en Montevideo bajo el síndrome de esa horrible selección que me temo le va a dar muchos más quebraderos de cabeza. En cuanto a Pedrito volvió a demostrar que no es ni será nunca un jugador de banda, quizás fue él que debió jugar por el centro, una posición en la que parece tener mucho más fortuna, de hecho protagonizó desde allí la mejor ocasión de su equipo.

Puestas así las cosas hay que reconocer que el equipo se vio muy superado en la primera parte donde pudo haber encajado al menos un gol sin que nadie se hubiera extrañado. En la segunda parte no se puede decir que el Barça tomara el control del partido pero al menos el encuentro se convirtió en un intercambio de golpes y no en un monólogo del Valencia. Los ches inevitablemente rebajaron la tensión de la primera parte y “Sweet” Iniesta y “Bogart” Xavi junto con Messi tocaron el balón con algo más de acierto Durante breves minutos pareció que el Barça podría encadenar una de esas jugadas mágicas de “tiqui taca” que podrían salvar un partido muy poco lucido pero no fue así y las entradas de Bojan “el niño del sexto sentido” y Busquets no aportaron gran cosa.. Además el Valencia seguía contraatacando de forma muy peligrosa y no fue hasta el final del partido que bajaron un poco los brazos en una nueva muestra del espíritu timorato de Emery algo que por otro lado no le puedo reprochar a nadie que trabaje en ese ambiente siempre tan difícil de Mestalla. Además tanto Piqué como “Tiburón” Puyol olvidaron sus vacilaciones del primer tiempo y despejaron de forma magistral cualquier peligro sin olvidar que Valdés hizo paradas de genio.

Al final un punto que no sabe a gloria pero que tampoco tiene gusto a fracaso. No hay que olvidar que en lo que va de temporada aún no hemos alineado a un equipo que se puede calificar de titular y que además veníamos de una semana de partidos de selecciones, algunos de los cuales fueron tremendamente exigentes física y psicológicamente. Vamos que la vida no siempre puede ser maravillosa.