Jornada V

Muñiz (entrenador del Málaga) dijo que el Barça no podía ganar los 38 partidos de liga y que quizás hoy fuera uno de eso que no ganara. Tenía razón. Minguella (comenterista de la SER de inconfundible voz aguardentosa) dijo que el de hoy era uno de esos partidos que el Bará antes acababa perdiendo. También tenía razón.

Partido duro jugado en un campo en malas condiciones y contra un equipo correoso (lo que me parece bien o cuanto menos justificable) y en ocasiones violento (lo que ya no me parece de recibo, especialmente en lo referido al tal Wellington que creo que nos tomó por la Guardia Imperial Francesa durante la carga final de la batalla de Waterloo). En resumen uno de esos partidos que no pasará a la historia y que había que ganar con el mono de trabajo puesto.

Los cambios en esta ocasión pasaron por la sustitución de Ibrahimovic y Piqué. Guardiola optó porque Henry pasara a ocupar la posición en el centro de la delantera (decisión acertada o al menos el planteamiento inicial sí lo era) con Pedrito por banda izquierda y Messi moviendose más bien entre líneas haciendo -como es ya costumbre en esta temporada- un poco de Iniesta.

El partido no empezó demasiado bien, el Málaga salió a jugar con mucha agresividad buscando la pelota muy arriba y presionando fuerte sobre Messi y Xavi obligando así al equipo a marear la perdiz entre centrales y laterales buscando conectar de alguna manera con la gente de arriba algo que no ocurrió durante buena parte de la primera mitad. Las pocas vece que el balón llegaba a las cercanias del área malagueña Messi y Pedrito no podían hacerse con él y Henry desde la posición de ariete evidenció aún más su baja forma al fracasar en su intento de convertirse en referencia en ataque (que es lo que se supone que debe ser un nueve).

La oportuna -perdoname señor- lesión del francés obligó al mister a meter a Zlatan y el equipo notó la diferencia, empezaron a llegar balones con peligro a la posición del ariete y en uno de ellos el sueco batió al portero malagueño.

A partir de ese momento se puede decir que el Malaga dejó de ser una amenaza excepto para la integridad física de algunos jugadores y el Barça sin hacer un gran partido recuperó la posición y la posesión. Algo que terminó de confirmarse tras una nueva lesión (la del central ucraniano que volvió a gustar en la salida de la pelota y volvió a inquietar por la facilidad con la que le cogen la españlda)y la incorporación de Piqué que además de volver a hacer un gran partido en defensa (igual que Puyol que estuvo perfecto)se sumó al ataque transformando un gol y fallando por poco otro.

Tras eso sólo cabía aguardar el final del partido deseando que no se lesionara nadie más aunque se pudo aumentar la goleada de no ser por que Messi, que hizo un gran partido, no estuvo afortunado de cara al gol y porque sigue la costumbre de no pitarnos penalties con el partido ya resuelto.

En fin, victoria meritoria y trabajosa aunque empañada por las lesiones, sobre todo teniendo en cuenta que vuelve la Champions y además con un partido que, al contrario que el correspondiente a la primera jornada de la liga europea, hay que ganar de todas todas.

Alli nos vemos