Jornada XIV

La foto que ilustra este comentario no corresponde, como es habitual, a una imagen del partido sacada de la página del Sport. Es una imagen de mi paisano Pedro corriendo que se las pela para coger el tren a Zaragoza, una fotografía que escenifica a la perfección el absurdo que se ha vivido en este país en las ultimas 24 horas.

La táctica de Pep de desplazarse el mismo día en el que se disputan los partidos tendrá sin duda alguna razón de peso, pero es, también sin duda, una temeridad puesto que no deja margen de tiempo para solventar algún acontecimiento imprevisible, que es exactamente lo que ha sucedido. Una mezcla de ingenuidad de los dirigentes blaugranas e indecisión y debilidad de los directivos de la Federación ha provocado una situación grotesca en la que nuestro equipo ha tenido que volar contrarreloj para que no le declararan desertor del encuentro que hoy se jugaba en Pamplona. Esperemos que cosas como esta no se vuelvan a repetir y que no se pierdan en las profundidades de la España carpetovetónica lo que ganamos honradamente en el campo.

Pero vayamos con lo que nos interesa o con lo que nos debería interesar. El equipo saltó al campo exactamente con la misma alineación que maravilló al mundo hace cinco días. Incluso Leopoldo Calvo Sotelo (que en gloria esté) el día del entierro de su madre sería capaz de motivar a un equipo en un enfrentamiento en la cumbre contra su máximo rival, pero al fin y al cabo los puntos contra el Madrid valen igual que los que se ganen al Osasuna o a cualquier otro equipo de mitad de tabla. Si al descenso de motivación le unimos el cansancio general de una dura competición a todos los niveles y el cansancio particular provocado por el absurdo que hemos vivido hoy el resultado fue un partido no demasiado bueno, con jugadores espesos y algo torpes en ocasiones, con un Xavi y un Iniesta no en sus mejores días y una defensa (portero incluido) empeñados en ponernos de los nervios por esa absurda manía de arriesgar los pases en las tres ultimas cuartas partes de nuestro territorio.

Y aún así….ganamos y tuvimos incontables ocasiones y el Osasuna sólo tuvo el regalo de Valdés y Messi que no estuvo fino marcó dos goles y asistió otro. Quizás por todo eso somos el mejor equipo del mundo. Ni la estupidez y la incompetencia pueden con nosotros.