The lion sleeps tonight

Si alguien me pidiera una definición de Etoo en una frase yo diría algo así como: es ese jugador al que te dan ganas de matar quince veces cada partido pero cuando acaba la temporada te das cuenta de que ha marcado treinta goles.

Nos hemos hartado de comentar la forma en que juega el delantero camerunés definiéndole como un ariete con un innegable instinto goleador pero con grandes deficiencias técnicas, su rapidez y su olfato para el desmarque y el remate eran parejas a su torpeza cuando tenía el balón en los pies más de tres segundos. Pero lo malo no eran sus evidentes limitaciones sino el hecho de que jamás se resignó a ellas.

El carácter de Etoo parece marcado por una insaciable sed de reconocimiento, ya le ocurrió en su complicada etapa con el Real Madrid y volvió a ocurrirle con el Barça donde a pesar de sus méritos siempre ha vivido a la sombra de estrellas como Ronaldinho y Messi y siendo como era un nueve clásico no pudo nunca asumir que por muchos goles que marcara la gente siempre se fijará más en el 10 (o incluso en el 5) que en el 9. Él llegó incluso a achacar esa falta de reconocimiento a que era negro, algo difícil de admitir teniendo en cuenta que muchos de los jugadores más celebrados de la historia también lo eran. Repito que a mí me parece más un tema de posición que de color. Por eso Pelé es más recordado que Jairzinho, Maradona más que Caniglia e incluso un defensa como Beckembauer es más recordado que Gerd Muller, uno de los mejores goleadores de la historia.

Cuando Pep Guardiola inició su andadura estaba claro que tenía en mente un tipo de jugador muy distinto al que era Etoo y no tuvo inconveniente en manifestarlo con toda sinceridad (excesiva para mi gusto). Etoo, como de costumbre, se negó a admitir el hecho de que alguien no quisiera tenerle en su equipo e hizo lo posible para torpedear la operación asumiendo el tremendo riesgo de quedarse en un equipo cuyo entrenador no contaba en principio con él. El jugador fue valiente y el entrenador tuvo la inteligencia de hacer olvidar lo sucedido en las primeras semanas de su nombramiento y conseguir que el camerunés lograra una de sus mejores temporadas coronada de la forma que ya sabemos. Y aunque afortunadamente no se le olvidó como marcar goles, desgraciadamente tampoco se olvidó dejar otro ejemplo de su peculiar carácter cuando se embarcó en esa atropellada carrera final por obtener el pichichi y la bota de oro.

Pero terminados los fastos del triplete las cosas volvieron prácticamente a la misma situación del verano anterior. Guardiola mantuvo sus postulados de aquellos meses y por razones que él mismo reconoce que no puede explicar volvió a pedir la salida del jugador africano.

Como he dicho en anteriores entradas yo, pese a que sigo diciendo que la forma de jugar de Etoo y su carácter me suelen enervar, hubiera visto con buenos ojos que se quedara pero ya que estaba claro que no iba a ser así lo mejor era conseguir una salida lo más rápida y lo menos traumática posible. Pero el león indomable no quería irse así como así de manera que el equipo se enfrentaba a la inquietante perspectiva de contar con un jugador que ni estaba a gusto ni se quería ir, con el agravante respecto al año pasado de que dicho jugador terminaba su contrato con lo que podía marcharse sin que el club sacara el menor beneficio de ello..

Ahora parece que todo se ha resuelto aunque bien es cierto que de una manera bastante farragosa. Se marcha un goleador con un carácter difícil y viene otro goleador con un carácter difícil pero con algo más de técnica con lo que deportivamente quizás saldremos ganando.

Pero ante todo creo que es justo despedir a un hombre que pese a sus defectos le ha dado al equipo mucho más de lo que pagó por él incluyendo la asombrosa hazaña de marcar en dos finales de la Champions League, algo por lo que ya es historia viva del equipo y por lo que será recordado para siempre. Adiós al rey león.