Manchester England England

Mañana hablamos, tengo la tensión a 15-9 y 123 pulsaciones.



ACTUALIZACIÓN



Bueno, con la tensión y las pulsaciones en su sitio otra vez vamos a hablar del partido.

Como comentamos en uno de los post pre partido toda la comunidad culé era un batiburrillo de posibles alineaciones y de las combinaciones más extravagantes.

Al final Guardiola optó por alinear a los dos jugadores que venían de una lesión (Iniesta y Henry), colocar a Touré de central y Silvinho de lateral (lo de Puyol en la otra banda era algo cantado) y poner a Busquets en el centro. El riesgo era mucho pero el mister además de conocimientos y buen gusto futbolístico demostró que tenía un par. Si hubiera salido mal yo lo habría encontrado perfectamente defendible, además demostró que cuando se llega una final es absurdo traicionar los principios que te han llevado a ella. Otros lo han hecho en el pasado y han sucumbido justamente.

Durante los primeros diez minutos del partido el equipo no las tenía todas consigo. El Manchester empezó a presionar la salida del balón desde los linderos del área de Valdés y pronto consiguió arrebatarle la pelota a los azulgranas, en este periodo del partido ni Iniesta ni Xavi pudieron entrar en juego, Busquets se mostró muy inseguro (algo que siguió pasando durante el resto del partido aunque afortunadamente sin consecuencias graves) y a los zagueros se les notó el nerviosismo de una línea defensiva improvisada. En este período Cristiano Ronaldo se mostró muy activo y a punto estuvo de conseguir adelantar a su equipo. Si lo hubiera logrado el Manchester hubiese tenido un partido bastante cómodo pero estoy convencido de que el Barça en ningún caso hubiese bajado los brazos.

Pero sucedió lo contrario. Con lo que teníamos en el campo (incluso aunque algunos estuvieran forzosamente a medio gas) estaba claro que en cuanto cogiéramos la pelota empezaríamos a dar problemas. Y eso fue lo que sucedió. Una combinación de centrocampistas terminó con una imparable internada de Iniesta que cedió a Etoo para que este creará una posesión eléctrica de tres segundos de duración, lo que mejor sabe hacer, que concluyó con un punterazo que Van der Sar se tragó con papas fritas. Inmejorable noticia para el equipo y para el camerunés que venía de la decepción de la pérdida de la bota de oro y del pichichi. Aunque, Samuel, si todavía te quedan ganas sabes que el equipo y el resto de la afición te apoyará en el ultimo partido (aunque creo que ya ha decidido no jujgarlo).

El gol tuvo el efecto de asentar al Barça en el juego y desmoralizar al Manchester que prácticamente no volvió a disfrutar de ninguna ocasión durante el resto de la primera parte. En este punto la defensa se mostró inconmensurable, Ronaldo no podía desbordar y sólo se limitaba a tirar desde muy lejos y con poca puntería, Rooney tapadísimo e inoperante durante casi todo el partido y Park y Anderson no pudieron aportar nada para ayudar a los de arriba. Por el contrario el Barça empezó a mover la pelota con posesiones largas buscando el apoyo de los laterales y con Messi intentado romper el partido. Etoo tras su gol no tuvo mucha intervención en el juego de ataque pero trabajo mucho en la presión y siempre se quedó arriba clavando a sus marcadores. La pena fue que Henry no se entendió muy bien con Sylvinho y además se le notaba bajo de forma. De haber estado al cien por cien anoche podría haber destrozado al Manchester. Aun así Xavi y Messi tiraron a puerta con mucho peligro y además al argentino, tras una gran internada por banda, le faltó un pelo para dar una cesión ganadora a Henry.

Terminó así la primera con el Barça por delante en el marcador y en el juego. El primer asalto era nuestro pero nadie (ni nosotros ni, estoy seguro, ellos) daba nada por ganado. El increíble episodio de la remontada de los mancunians ante el Bayern -precisamente en el Camp Nou- flotaba en el ambiente. Los ingleses estaban contra las cuerdas pero tenían talento suficiente para meter un gol. Nadie se relajó, bueno nadie excepto Berlusconi que no desperdicia ninguna ocasión de hacer el ridículo.

No creo que Fergusson planteara mal el partido. Él sabía que la clave era no dejar que el balón circulara por el medio campo azulgrana y puso todo su empeño en eso, es sólo que no pudo conseguir que tal cosa pasara. En el segundo tiempo en cambio el histórico entrenador dio la sensación de que se equivocó completamente al sacar al apache Tevez por un hombre de centro de campo con lo que se redujo la presión en esta zona y se propició que Xavi e Iniesta se adueñaran completamente del partido. El Barça empezó a buscar el segundo gol con decisión, Henry entró mucho más en juego y tuvo una de esas jugadas de genio que no entró por poco. A eso siguió una extraordinaria cesión de Etoo a la que Messi no llegó (o no le dejaron llegar no lo tengo muy claro) por milímetros. El próximo gol del Barça era cuestión de tiempo y Fergusson decidió echar el resto metiendo a Berbatov en el campo con lo que su medio campo quedo definitivamente roto. El veterano entrenador escocés olvidó que acumular dinamita en la delantera no es garantía de nada porque la dinamita no explota sin un detonador.

De todas maneras al poco tiempo llegó el segundo gol que elevó a Messi a la categoría de los legendarios Koeman y Belleti. Un pase magistral de Xavi (absolutamente solo y libre de marca) se elevo por encima de los centrales y llegó hasta la demarcación de la pulga que marcó los tres tiempos del gol de cabeza: salto, giro y golpeo. Un golazo que ya es un clásico. La cenicienta perdió su zapatilla pero pronto la recuperó para besarla, algo que todos los culés harían ahora mismo.

Estaba claro que el partido estaba encarrilado pero el equipo siguió poniendo la máxima tensión en lo que hacía. Valdés frustró la última gran ocasión del Manchester y de Cristiano Ronaldo. Ellos no pudieron hacer nada más excepto dar algunas muestras de mal perder con el portugués empeñado en provocar a Puyol y con una horrible entrada del pelirrojo Scholes (que entró sustituyendo a Gigss, otra vieja gloria, aunque pudo hacer tan poco como él) a Busquets que mereció sobradamente la roja.

Pero nada podía detener ya lo inevitable. Final del partido y la tercera en el bolsillo. No se puede decir que haya sido un encuentro de mucho sufrir pero sí ha sido un encuentro emocionante sobre todo porque ha servido para mucho más que para lograr el triplete.

Ha servido en primer lugar para que muchos jugadores cuestionados se reivindicaran totalmente: Puyol al que algunos querían jubilar ha hecho un partido grandioso en defensa y voluntarioso en ataque, incluso tuvo en sus botas el 3-0; Xavi que es calificado despectivamente por parte de nuestra afición de “funcionario” ha vuelto a ser elegido el mejor de los 22 jugadores que saltaron al campo ayer, Valdés ha vuelto a salvar al equipo en momentos puntuales, tal y como hizo ya hace dos años, y además corrigió uno de sus puntos débiles, la anticipación para tapar el contrataque, como demostró jugándose el tipo ante Park, Sylvinho sobre el que muchos culés (entre los que me incluyo) tenían dudas de que pudiera afronar los retos que tenía en la delantera contraria ha cumplido como un chaval de 20 años, Touré también hizo un partido muy completo en defensa aunque espero con toda mi alma que vuelva a la media. Y por último Etoo, al que reconozco que en ocasiones dan ganas de matar siete veces en cada encuentro, ha reaparecido consiguiendo la asombrosa hazaña de marcar en dos finales de la Champions. Todos ellos sin excepción salieron ayer totalmente reivindicados.

Creo que es un privilegio haber vivido (siendo además plenamente conscientes de ello) de un momento cumbre en la historia del club que será muy difícil repetir alguna vez (aunque no por ello dejaremos de intentarlo), un momento del que se seguirá hablando dentro de cincuenta años. Guardiola no es el máximo responsable de esto pero sí ha sido el elemento que ha cohesionado lo que hace doce meses estaba por los suelos. Pero creo que ha logrado algo más importante, puede haber puesto fin de una vez a la nefasta tradición (lo sé porque yo soy una buena muestra de ella) de la afición culé: el pesimismo, el victimismo, el conformismo, la impaciencia, esa irrefrenable tendencia cainita que no es tan tradicional….Pep puede haber enterrado a esa afición que ya se daba por satisfecha con el 2-6.

Pero basta de palabrería que el equipo está a punto de llegar.