domingo, 15 de febrero de 2009

JORNADA XXIII



Tras el clásico disputado en el mes de diciembre el equipo, o mejor diría la afición (yo incluido), se había embarcado en una absurda competencia con el máximo rival para ver quien pinchaba primero, absurda porque con una diferencia de doce puntos se había alimentado una falsa tensión más propia de equipos a los que separaban como mucho dos. En una liga de fútbol los partidos se ganan, se empatan y se pierden. Parece mentira que haya que recalcar esta verdad de Perogrullo, al igual que parece mentira que no seamos conscientes de que es imposible ganar todos los partidos, que yo sepa nadie lo ha hecho jamás. Así pues es de esperar y desear que este empate (perfectamente justificable viendo el partido en sí y totalmente lógico teniendo en cuenta los rivales que se enfrentaban) sea juzgado exactamente como merece.

Ahora vayamos al partido. La alineación del Barca presentaba dos problemas, uno en la delantera y otro en la defensa. El problema en defensa era que jugaran en el centro dos hombres como Piqué y Cáceres, dos defensas que, como se ha dicho ya en anteriores ocasiones, se desenvuelven mejor cuando tienen algún compañero con garantías que les cubra las espaldas. El problema con Piqué, Cáceres y Valdés es que son jugadores buenos en algunas facetas pero incompletos en otras, es el caso de Valdés que es bastante deficiente en el juego aéreo pero muy eficaz en la anticipación y en el mano a mano (ayer volvió a recordarnos de qué manera salvó al equipo en la final de hace dos años y más recientemente en el encuentro con el Real Madrid). Lo mismo cabe decir de Cáceres un defensa que marca muy bien pero que da una tremenda sensación de inseguridad cuando tiene la pelota en los pies. El problema es que el Barca necesita en su demarcación más flojas (y la defensa siempre lo ha sido al menos desde que pasaron los tiempos de Nadal y Abelardo) jugadores que cubran todas las facetas posibles en la defensa de un club de primer orden. De esta indecisión vinieron los dos goles del Betis, uno a balón parado y otro tras un pase por alto. En ambas jugadas se demostró la falta de destreza de la zaga azulgrana a la hora de defender balones aéreos, nos han metido muchos goles así y siempre que hay un balón por alto merodeando por el área ya sabemos que hay peligro. Todo lo contrario que en el área bética donde siempre que se intentó colgar algún balón no se pudo crear ni siquiera la más mínima sensación de peligro.

De todos modos la alineación en la retaguardia podía estar justificada por la lesión de Puyol (ignoro si también se quería reservar a Márquez por la misma causa). Lo que es más discutible es la delantera titular con la que se saltó anoche al Ruiz de Lopera. El problema es que del tradicional 4-3-3 del equipo titular se pasó a una especie de 4-5-1 porque ni Hleb ni Iniesta son realmente delanteros. El albaceteño jugó exactamente como lo hubiera hecho de no haber sido colocado en la izquierda de la defensa, es decir, en la posición de interior izquierdo. En muchas fases de esta primera parte incluso se le podía ver recogiendo balones en el centro de campo para tratar de subir la pelota. Aún así fue sin duda el mejor jugador culé de esta no muy afortunada primera parte o al menos el único que dio alguna sensación de peligro con sus internadas por banda tratando de colocar un pase que nunca llegaba a su destino. De sus botas surgió la jugada del penalti (para mí clarísimo, parece que no tanto para otros como de costumbre) que sin duda salvo al equipo de una derrota. Por cierto que deseo que, en esa ridícula forma de dividirse los lanzamientos de penalti, el sorteo no favorezca a Etoo cuando nos encontremos con una falta máxima a favor digamos en una semifinal de la Champions.

Por la parte de Hleb se volvió a constatar su dolorosa inoperancia. No es que ejerciera de falso delantero, es que, como de costumbre es imposible sabe a qué juega, la única certeza con él es que su influencia en el desarrollo del partido va a ser mínima. La conclusión es que ayer en la primera parte sólo se jugó con un delantero y si ese delantero es Etoo (el mejor goleador de Europa ahora mismo siempre y cuando tenga alguien que le asista buenos balones) el resultado en ataque es igual a cero. Como decíamos el único peligro provenía de las irrupciones en área de Iniesta y de algunos pases de Abidal o Alves que casi nunca encontraban rematador. En estas circunstancias se puede decir que se regaló la primera parte. Dosificar a Messi me sigue pareciendo una medida respetable y defendible pero tenemos cuatro delanteros titulares en el equipo y alinear de entrada sólo a uno va en contra incluso de nuestra filosofía del fútbol.

La segunda parte trajo los cambios más lógicos como fueron el relevo de la nada Hleb y de Keita que no fue sustituido por su mal juego (tampoco fue bueno, como en muchas ocasiones se limitó a prolongar la pelota sin tener demasiado influencia y sin tan siquiera crear peligro desde la segunda línea como sí ha hecho otra veces) sino porque era el primero al que, por descarte, se podía sustituir.

El Barca había adquirido algo de moral tras acortar distancias al filo del descanso y salió decidido a buscar el partido aunque Messi, tan decisivo otras veces, se mostró bastante falto de motivación además de que como de costumbre también estuvo muy marcado. Henry tocó bastante la pelota aunque se empeño en realizar una y otra vez la misma jugada (el desborde hacia el interior del área) que una y otra vez tuvo el mismo estéril resultado. El peligro venía una vez más de Iniesta que protegía el balón, trataba de seguir internándose en el área y distribuía el juego por el ataque azulgrana. Hay que decir también que el Betis jugó un gran encuentro, en defensa estuvo perfecto y en ataque seguía contando con gente como Sergio García u Oliveira que apunto estuvieron de finiquitar el partido. Aún así hay que alabar la actitud del Barca que siguió jugando al ataque sin importarle el peligro. Fruto de esta insistencia fue la jugada del empate en la que Messi (que como el Cid puede ganar batallas incluso estando muerto) arrastró a parte de la defensa contraria para permitir que Etoo equilibrara el partido con otra jugada eléctrica de delantero centro clásico.

El empate llegaba faltando seis minutos más el descuento para terminar el partido y parecía perfectamente posible que se volviera a producir una remontada pero lo cierto es que el Betis siguió defendiéndose con acierto y en el tiempo que quedó bien poco se pudo hacer. El empate es un resultado satisfactorio, lo hubiera sido incluso antes del partido pero más teniendo en cuenta como se desarrollo el partido. Cuando termino de escribir esto el Real Madrid va ganando por tres goles de diferencia en El Molinón, desde cualquier punto de vista una diferencia de diez puntos es demasiado grande para dejarse llevar por cualquier sentimiento de presión por más que la absurda prensa deportiva (y no hablo sólo de la prensa deportiva mesetaria) trate de hacerlo. La situación actual no es ni siquiera parecida a la de hace dos temporadas aunque, como en esa otra ocasión, lo que sí es cierto es que sólo el Barca puede conseguir que dicha situación empeoré.

2 comentarios:

Blogger El Impenitente ha dicho...

Hombre, el penalti fue clarísimo. Vamos, que si te lo hubiesen pitado en contra apenas hubieses echado espuma por la boca.

A nosotros la ilusión nos ha durado poco. Y ahora, Sevilla, Barcelona, Madrid...

¿Cuándo vas a empezar a hacer la crónica también de los partidos del Tenerife? Estáis que os salís.

Esta tarde quiero comentarte como se merece tu entrada musical de San Valentín.

16 de febrero de 2009, 1:33  
Blogger SisterBoy ha dicho...

Espero que recuperen el resuello con el Sevilla y el Madrid y que lo pierdan con el Barça

Siento bastante desapago por el equipo local pero si asciende estaré el primero para conseguir abono :D

16 de febrero de 2009, 5:18  

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