Jornada XV
Del partido de ayer se podría decir casi lo mismo que del de
la semana pasada: un simple trámite para descontar otra jornada de liga más
antes de conseguir matemáticamente un título ya ganado de de hecho. Sin embargo
había una diferencia: entre estas dos jornadas había tenido lugar una
inquietante derrota (hemos tenido otras en el pasado pero podían ser
calificadas más bien de “dolorosas” que no es lo mismo) que pone muy difícil
que el equipo pueda pasar de octavos de la final de la Champions (algo en lo
que está de acuerdo la mayor parte de la parroquia blaugrana o al menos así lo
revela una reciente encuesta del diario “Sport” y es que por lo visto ni la
milagrosa etapa de Guardiola es suficiente para desterrar el atávico derrotismo
culé).
De este modo el partido contra el Sevilla se aparecía como
el inicio (en casa y contra un equipo de cierta entidad) de un rearme moral en
cuatro episodios que debe concluir con una remontada histórica el próximo 12 de
marzo en el Camp Nou.
Mientras tanto debían seguir las rotaciones, ayer del
teórico equipo inicial, que dio una impresión tan sorprendentemente mala en San
Siro, se quedaron fuera Alba, Puyol, Xavi, Busquets, Cesc y Pedro. Se me ocurre
no obstante que, pese a la declarada voluntada rotatoria con intenciones de
salvaguarda muscular, quizás el cuerpo técnico decidió aprovechar, en uno de
los pocos encuentros en los que se pueden permitir experimentos, para probar un
equipo con algo más de velocidad y profundidad de la que ofrece la habitual
forma de conducir el balón de Xavi Hernández.
Y así pareció suceder en un principio, el Barça parecía más
propicio a buscar desmarques y combinaciones rápidas de balón a la par que
trataba también de aumentar la penetración por banda, algo de lo que careció
completamente el pasado miércoles. No obstante a los pocos minutos se empezó a
caer de nuevo en la monotonía, las incisiones por banda seguían sin producirse
(Alexis pareció especialmente incapaz a este respecto pero seguro que con Pedro
hubiese sucedido otro tanto) y todo el juego se reducía a un estéril peloteo en
el centro del área sevillista que los defensores blancos no tenían dificultad
en atajar. La única buena noticia era que Iniesta estaba llevando una vez más
el peso del partido y que sus controles de balón y sus incursiones al menos
inquietaban a los sevillanos, además la presión en el centro de campo y en la
primera línea de defensa recuperaban continuamente balones e impedían cualquier
contraataque visitante. No obstante al filo de la primera parte otro balón
colgado en el área y una nueva indecisión de la defensa por alto (más una
intervención de Valdés poco afortunada) provocaron que una vez más fuese el
equipo contrario el que se nos adelantara. En el poco tiempo que quedaba hasta
el descanso el Barça reaccionó con rabia, en absoluto dispuesto a que se repitiera
el tormento de tres días antes, aunque la autentica reacción se produjo en el
descanso cuando se decidió sustituir a Alexis por Tello y que Villa y Messi se
colocara algo más al centro.
La gran ventaja de Tello es que es uno de los escasos
delanteros de banda que es capaz de driblar y desbordar a los defensas rivales
para penetrar en el área (algo que Alexis y Pedro no son capaces de hacer), con
ello se consigue desequilibrar defensas, abrir espacios y en fin provocar esas
combinaciones diabólicas que nos han permitido siempre agujerear las murallas
que se nos oponen prácticamente a cada partido. No obstante fue en lado derecho
donde se produjo una jugada en la Alves (que ayer hizo otro gran encuentro)
sirvió por alto un balón que Villa remató en la posición de un delantero centro
puro. El gol desquició al Sevilla y dotó al equipo de la tranquilidad necesaria
para que Messi, cada vez más cerca del área donde de verdad hace daño o al
menos provoca faltas peligrosas, abriera el campo hacia Tello que con frialdad
le devolvió el balón que el astro argentino remató a puerta con la misma
frialdad. Dos a uno y partido remontado.
Fueron los mejores momentos del equipo que sin embargo a
partir de ese momento perdió un poco el control del partido cuando el Sevilla
adelantó líneas y buscó denodadamente volver a equilibrar el marcador. En ese
momento el cuerpo técnico (habrá que seguir usando esa nebulosa palabra hasta
que Tito vuelva) volvió a acertar con la entrada en el campo de Xavi y Busquets
con el objetivo de amarrar la pelota y el partido lo que finalmente se
consiguió.
Nueva victoria con remontada que matemáticamente sigue
dejando las cosas como estaban (o incluso mejor si hoy tropieza el Atlético de
Madrid) pero que en el aspecto moral constituye el primer paso de un par de
semanas vertiginosas que el próximo martes tendrá uno de sus puntos álgidos,
allí nos veremos.
2 comentarios:
No tropezamos. Confiesa, ¿acaso ibas con los Pericos?
Diego Costa Balón de Oro.
Estuve en Sevilla este fin de semana. El taxista que nos llevó al aeropuerto era bético. Le daba igual lo que hiciese el Betis esa noche contra el Málaga. Estaba radiante.
Y me alegro por Villa.
Mi lema es: los puntos antes que nada. Asi que sí quería que ganaran los pericos :)
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