Jornada XVII

Era este uno de esos partidos antipáticos y extraños, como el despertar de una siesta de verano, cuando uno no sabe bién qué día es (y más que pudo haberlo sido de haberse resuelto de otro modo un conflicto que no estoy muy seguro de entender muy bien).

Por añadidura teníamos las ausencias justificadas de Piqué y Puyol y la incomprensible de Messi. Dichas ausencias fueron cubiertas en defensa por Busquets y Abidal y en la delantera por Bojan. Por delante de la defensa Mascherano que afrontó el partid con decisión y en ocasiones incluso parecía invadir un poco la zona de Xavi.

La primera parte no fue buena, Xavi, Pedro, Alves y Villa estabán fuera del partido, Bojan volvía a defraudar, y el Levante planteó un partido defensivo casi perfecto combinado con avances que en ocasiones llegaron a ser peligrosos. El único que rompía un poco la monotonía en el ataque era Iniesta con sus internadas por banda rompiendo desde la posición de interior, el hecho de que, aparte del manchego, Abidal fuera el mejor jugador del primer tiempo dice bastante sobre lo que se estaba viendo en el campo.

Tras la reanudación una internada de Alves (que en el segundo tiempo alternó grandes jugadas con errores de principiante) terminó en un pase a la demarcación del delantero centro que fue rematado por Pedro con algo de fortuna. Este primer gol trajo algo de tranquilidad al partido aunque no impidió que Pep realizara su primer y extraño cambio, extraño no por la incorporación de Thiago (con el que sin duda se buscó, y en ocasiones se encontró, otra alternativa de ataque) sino por la marcha del campmo de Mascherano que dejaba el puesto de medio centro desguarnecido, es posible que Guardiola opinara que con lo adelantados que estaban jugando Busquets y Abidal podría ser un riesgo calculado.

Poco tiempo después otra internada de Alves terminó de nuevo con gol del de Abades, esta vez no con fortuna sino con talento.

El dos a cero trajo la calma que por momentos pareció definitiva, momento que aprovechó Thiago para soltarse el pelo y ejecutar algunas jugadas de acierto marcando diagonales a lo Messi por la frontal del área levantina. Mientras tanto más cambios insólitos, Pep retiró a Bojan para dar entrada a Keita en lo que pareció, ahora sí, una clara muestra de que al canterano se la había escapado una nueva oportunidad, posteriormente otro cambio, el de Maxwell por Militó resultó algo más desafortunado puesto que terminó por descolocar la defensa y provocó el gol de la intranquilidad (que por cierto apenas fue celebrado por los visitantes que incluso parecieron algo remolones a la hora de ir a buscar la pelota y ponerla con rapidez en el centro de campo).

Resulta un tanto irritante el hecho de que un partido controlado trajera de nuevo los nervios a la afición y al equipo que incluso dió la poco habitual imagen de estar perdiendo tiempo (tarjeta amarilla incluida). Al final todo quedó en nada, los tres puntos subieron al marcador de un partido no demasiado memorable. Nos vemos el miércoles.