domingo, 15 de abril de 2012

Jornada XXXV



Si al final no lo conseguimos estoy convencido de que buena parte de la culpa la tendrá aquel desgraciado encuentro contra la Real Sociedad de la primera vuelta, hemos perdido otros puntos pero la mayor parte de la veces se ha debido a actuaciones mediocres, pero lo de Anoeta fue diferente, era un partido totalmente controlado en el juego y en el marcador que al final se empató por un cúmulo de despistes inaceptables. Por el contrario si al final sí que lo conseguimos será en parte gracias al partido de ayer.

La salida contra el Levante estaba considerada como la visita más comprometedora que nos quedaba, o al menos la última hasta el definitivo enfrentamiento contra el máximo rival. La victoria del Real Madrid en el Vicente Calderón había disipado las últimas ilusiones (tan infundadas hasta hace bien poco) de llegar a dicho enfrentamiento con la posibilidad de dejar el destino de la liga dependiendo de nosotros mismos. Puestas así las cosas la victoria de ayer era ya cuestión de vida o muerte.

El equipo saltó al campo sin grandes sorpresas con la delantera habitual formada por Messi, Pedro y Alexis, la media no tan titular formada por Cesc, Thiago, Busquets y Xavi y una defensa de tres con Adriano en lugar de Alves y la ausencia de Piqué.

El Barça comenzó controlando el partido y gozando de algunas oportunidades pero poco a poco el Levante comenzó a sacudirse la presión defendiéndose muy atrás y tapando todas las opciones de ataque frontal al tiempo que trataba de buscar algún balón en profundidad para aprovechar la primera ocasión que se presentara, en uno de estos avances aislados la mala fortuna hizo que la pelota chocara en las manos de Busquets lo que provocó el penalty el posterior gol levantino. Los locales se encontraron así con el mejor escenario posible y los visitantes con el peor, pero no por el resultado en sí sino por la inoperancia del equipo en lo que restó de la primera parte. Defendiéndose con mucho orden el Levante obligaba al Barça a acometer dos tipos de ataque con resultados igualmente frustrantes, bien tratando de combinar por el centro (unos intentos siempre desbaratados por los zagueros rivales y en parte también porque tanto Messi como Cesc estuvieron totalmente fuera del partido) o bien sirviendo balones a los jugadores de banda cuyos numerosos centros eran invariablemente despejados sin grandes problemas.
Al término de los primeros cuarenta y cinco minutos las sensaciones eran francamente malas, no por el resultado sino por la sensación de impotencia que ofrecía el equipo, un empate era ya un mal resultado pero una derrota hubiera sacado ya definitivamente a los azulgrana de la lucha por la liga. Pep debía tenerlo tan poco claro como el resto de aficionados ya que varió su táctica habitual de retrasar lo más posible los cambios y nada más empezar el segundo tiempo dio entrada a Cuenca tratando de buscar más profundidad por la banda, está claro que el canterano posee más sentido del juego vertical que Pedro (y casi también que Alexis) así como más habilidades para el desborde, su entrada fue clave para ensanchar el campo y estirar las líneas defensivas del Levante. Poco después Iniesta acudió a poner menos velocidad pero más talento por la banda izquierda. En ese momento llegó la hora de los jugadores que tienen que marcar la diferencia entre la mediocridad y la excelencia, Messi que hasta ese momento estaba haciendo uno de sus peores partidos en liga, tiró una pared con Alexis que concluyó con un tiro seco y colocado que puso el empate en el marcador. Quedaban tiempo, ganas y talento para culminar la remontada y el Barça se aplicó a ello, al final la victoria vino merced a un penalty sobre Cuenca (posiblemente uno de los más claros que se hayan visto este año) que Messi transformó.

El tiempo que quedaba había que jugarlo con cabeza, Pep dio entrada a Alves para volver a la defensa de cuatro y afrontar así la reacción del Levante que adelantó sus líneas y trajo más nervios (en este sentido Pep se comportó igual que casi toda la afición culé) que peligro. Por fin llegó el final del partido y la tranquilidad suficiente para afrontar el definitivo encuentro del próximo sábado, definitivo en el sentido de que todo lo que no sea ganar será ya decir por fin adiós a la ligar, la victoria en cambio deja las cosas muy cerca en diferencia de puntos pero muy lejos de la tan anhelada autosuficiencia en resultados, pero ¿no hubiéramos dado todos los cules lo que fuera por que hace tan sólo unas semanas hubiéramos afrontado el partido con esta diferencia?

3 comentarios:

Blogger El Impenitente ha dicho...

Que la Liga española se pueda decidir por un partido empatado en la primera vuelta define a las claras lo que es la Liga española.

Y este fin de semana tenemos el partido de los partidos, el ultrapartido, la madre de todos los partidos, ese al que ahora os ha dado a todos por llamar "El Clásico". Tendré que volver a meterme debajo de la cama.

Nosotros, bien. Seguimos nadando para luego morir en la orilla. Y el jueves contra el Valencia, en el cruce que más sufrimiento me puede causar. Ya le he dicho a mis amigos y conocidos valencianistas que este año se pongan para jugar camisetas decentes y no de esas que se rompen con sólo mirarlas que luego les soplas y se tiran llorando meses.

Y no quisiera terminar sin decir-¡VENGA, TORRES! ¡ESTAMOS CONTIGO! ¡ES TÚ DÍA! ¡TÚ PUEDES! ¡PORQUE TÚ LO VALES!

16 de abril de 2012, 1:56  
Blogger Deckard ha dicho...

Dos partidos casi idénticos. Los dos espesos, con un gol en contra por penalty dentro del área y nervios por doquier.

Vaya final de temporada que nos espera. No sé si pedir que me congelen y me despierten en agosto.

16 de abril de 2012, 2:39  
Blogger SisterBoy ha dicho...

Tendría gracia que el pecas que lleva un año sin disparar chícharo se fuera a despertar precisamente ahora.

16 de abril de 2012, 8:41  

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