miércoles, 10 de abril de 2013

Une poussière une sueur je ferre l'homme valeureux chevauche

Mientras veía el partido me vino a la memoria el encuentro de la pasada jornada de liga, entonces comentábamos que el Barça parecía haber encajado bien la ausencia de Messi siempre y cuando se tuviera en cuenta que el rival que teníamos enfrente era un conjunto de media tabla para abajo. La verdadera medida del equipo sin la presencia de su verdadero estandarte se vio ayer en un encuentro de máxima tensión en la competición más disputada del fútbol moderno. El Barça saltó al campo con la novedad de Adriano en posición de central y con un triplete atacante formado por Cesc, Villa y Pedro. En un principio las sensaciones eran buenas, el equipo dominaba el juego, se movía con soltura en las proximidades del área del PSG e incluso se vio a Pedro desbordando a sus marcadores y penetrando con sensación de peligro por la banda izquierda. Pero pronto empezaron a verse las costuras, Xavi se reveló muy bajo de forma, Busquets, uno de los pilares de este equipo, firmó uno de sus peores encuentros y en consecuencia el juego se resintió muchísimo, se prodigaron las pérdidas de balón que casi siempre culminaban en situaciones arriesgadas en nuestra propia área, y en la delantera se revivieron las malas sensaciones de encuentros anteriores en el aspecto ofensivo, esto es abuso de pases interiores, Villa desaparecido, Cesc superado y en resumen un balance absolutamente romo en lo que se refiere a crear sensación de inquietud en la defensa enemiga. Una vez más tan solo Iniesta parecía capaz de dar la talla. Se llegó así al descanso con la única buena noticia del marcador que nos seguía clasificando pero que dejaba la amenazadora sensación de que estaba más próximo el gol visitante que el propio. En este momento del partido me imagino la desazón de nuestro cuerpo técnico que se debatía entre sacar a Messi para tratar de cambiar el ritmo del encuentro o reservarlo hasta que se produjera lo que todos temíamos. Se optó por lo segundo y en la reanudación no parecía que nada hubiese cambiado respecto a la primera parte hasta que en una nueva pérdida de balón se tradujo en otro contraataque francés que en esta ocasión resultó letal. Casi de inmediato Messi comenzó a calentar. Las sensaciones que dominaron a la parroquia culé en ese momento (o al menos al culé que esto escribe) fueron ambivalentes, por un lado el alivio de ver que estaba a punto de ingresar una garantía de desequilibrio en el juego mezclado con la desasosegante certeza de que el Barça era un equipo que no tenía más remedio que echar mano de un hombre lesionado para tratar de cambiar un partido que se estaba volviendo cada vez más frustrante. A nivel personal, más que el resultado del partido o de la eliminatoria, lo que me ocasionó más tensión fue ver el doloroso espectáculo del mejor jugador del mundo renqueando siempre al borde de la lesión definitiva. A partir de ahí dejamos el aspecto físico y entramos en el proceloso terreno de la psicología. Estaba claro que la zaga del PSG no le tenía ningún miedo a nuestra tripleta atacante pero la entrada de Messi en el campo hizo que dieran un paso atrás y sembró la inquietud en los defensas galos. Al mismo tiempo la mera presencia del argentino pareció dinamizar el juego de ataque local y tras una afortunada combinación del propio Messi con Villa llegó el tranquilizador gol de Pedro que volvió por la senda que le ha convertido en una leyenda contemporánea del Barça. Una vez superada la parte más difícil de la situación que se nos había presentado con el gol del PSG, Messi se vino abajo dedicándose a caminar por el campo hasta que se llegó al final del encuentro, con toda seguridad de no haber mediado previamente la sustitución de Adriano (incomprensible que un jugador que sale a lesión por partido haya sido alineado como titular sin, por lo visto, haberse recuperado del todo), hubiéramos asistido al insólito espectáculo de la sustitución del propio Messi pero en mi opinión el cuerpo técnico pecó de cobardía y no se atrevió a llevar a cabo dicho cambio entrando asimismo (aunque eran los únicos que no tenían que haberlo hecho) en el juego psicológico antes mencionado. En su lugar entró Song para apuntalar el desbarajuste en el centro del campo y con todo el mundo pidiendo la hora se llegó a la conclusión del encuentro y a la sexta semifinal consecutiva del Barça en Champions. Sensación agridulce al final, se solventó una vez más una situación apurada en una eliminatoria pero el tono de crisis de un sistema de juego y de unos jugadores más próximos al retiro que al apogeo de sus carreras volvió a hacerse presente. Aunque analizándolo fríamente, si estar en crisis significa tener la liga en el bolsillo y estar a dos partidos de una nueva final de la máxima competición europea habría que dar vivas a dicha crisis. De todos modos esto es lo que hay este año y con esto habrá que tirar para adelante aunque sería un error no empezar a pensar en hacer cambios de cara a la temporada que viene.

4 comentarios:

Blogger El Impenitente ha dicho...

Algún punto de aparte no hubiera venido mal. Estoy conectado a la bombona de oxígeno.

Pues nada, lo que has dicho. Estáis en semifinales y la Liga la tenéis ganada. El resto es retórica.

Y hasta que no vea a Messi descuartizado y con sus miembros esparcidos por los cinco continentes no me creeré que será baja para el siguienta partido.

Por cierto, tu amigo Torres hoy ha marcado su vigésimo gol en competición oficial de la temporada. Veinte. No es mala cifra para estar defenestrado.

11 de abril de 2013, 12:59  
Blogger SisterBoy ha dicho...

Hice un corta pega de toda la vida y me salió este mamotreto.

11 de abril de 2013, 14:08  
Blogger El Impenitente ha dicho...

Bayern. No está mal. Jupp Heynckes gana la Bundesliga con seis jornadas de ventaja y tiene al equipo en semifinales de Champions con opciones de ganarla y lo tiran para poner al ínclito Pep. Ya lo tiraron los vikingos después de ganar la Champions. Podríamos ficharlo nosotros. Yo le perdonaría todos sus pecados si nos hiciese ganar Liga y Champions.

12 de abril de 2013, 8:24  
Blogger SisterBoy ha dicho...

Sería lo más increible después de la defenestración de Del Bosque tras ganar todo lo ganable.

12 de abril de 2013, 9:37  

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