Jornada XXIV

El Barça ha perdido y empatado encuentros en esta liga pero no fue hasta la jornada anterior a esta cuando se pudo decir que había regalado un partido. Fue una pena lo que pasó en Anoeta porque de haber siquiera empatado hoy podría haberse proclamado campeón en su casa y frente al rival metropolitano.

De todos modos incluso perdiendo o empatando hoy está claro que la liga es un torneo ganado hace tiempo (posiblemente desde el tropiezo blanco con el Sporting) al que sólo falta ponerle la puntilla para concentrase ya al 100% en lo que ha de acontecer en Wembley. Ni siquiera estaba yo preocupado por un Espanyol siempre pendiente de tocarnos las pelotas (en el mal sentido de la palabra). El equipo blanquiazul hoy ni tuvo ocasión de jugar ni planteó ninguna clase de conflicto extradeportivo. Dos goles de Iniesta y Piqué y un partido relajado (incluso demasiado relajado en los casos de Xavi y Alves)en el que destacaron las buenas sensaciones de Fontas en el aspecto positivo y en el negativo la desesperación de Villa que hoy volvió a fallar un gol cantado.

A la espera de campeonar el miércoles es hora de poner a enfriar el Champagne (en este caso no será cava porque me han regalado una botella de Moet)