Tempus fugit.
Una vez terminada el último partido de competición por
equipos y antes de que empiece el Mundial de Fútbol, es hora de hacer balance
de la posiblemente peor temporada blaugrana desde la 2007-2008, la última con
Frank Rijkaard como técnico.
Soy un aficionado al F.C. Barcelona desde casi toda la vida
(ya he explicado que mi primer amor fue la Real Sociedad de Arconada y
compañía) pero lo cierto es que al no ser catalán y menos aún vivir en la
Ciudad Condal estoy muy lejos de entender la especial psique de un equipo tan
vinculado a esa ciudad y esa región ibérica. Quizás por eso yo (y otros muchos
aficionados en idénticas circunstancias) fuimos incapaces de comprender cómo en
el año 2010 fue derrotada una candidatura a las elecciones a la presidencia del
club, auspiciada por un presidente que no podía presentarse a la reelección
pero durante cuya gestión se habían producido la etapa más gloriosa de un
equipo con una larga e injusta historia de decepciones. Repito que sólo alguien
muy al tanto de las peculiaridades internas del Barça (unas que no conozco
demasiado y que además cada día tengo menos ganas de conocer) podía comprender
de verdad lo que había sucedido.
Lo cierto es que muchos culés identifican ese momento como
el inicio de la decadencia que ha culminado en este desastroso año. A partir de
la victoria en las elecciones mencionadas la Junta presidida por Sandro Rosell
pareció caracterizarse desde el primer momento por un empeño feroz en borrar
del mapa cualquier rastro de la huella que Laporta había dejado en el club, el
primero de ellos encarnado en la figura del ya histórico entrenador Pep
Guardiola cuya marcha, pese a las explicaciones que en esta temporada ha dado
por primera vez el principal afectado, siempre ha estado envuelta en la
oscuridad, pero que muchos achacan precisamente a ese afán revisionista de la
nueva directiva. A partir de ahí se
acumularon los infortunios y los despropósitos, el elegido para suplir a
Guardiola fue -con gran sorpresa de todos, Pep incluido- el hasta ese momento segundo
entrenador Tito Vilanova al que por desgracia pronto se le diagnosticó una
grave enfermedad que terminaría de la triste manera que todos conocemos. Pese a
ello y gracias a la acumulación de puntos conseguida en una primera vuelta
arrolladora, el equipo logró proclamarse campeón de liga de la temporada
2012-2013, aunque la debacle provocada por las circunstancias extra deportivas
ya señaladas provocó una estruendosa derrota a doble partido contra el Bayern
de Munich que oscureció mucho el logro liguero.
Tras eso vino un verano presidido por la misma confusión que
había asimismo presidido el final de la temporada previa, la ausencia de una
dirección deportiva eficaz trajo como consecuencia una serie de decisiones
nefastas: no se reforzó al equipo adecuadamente, de manera inexplicable no se
fichó a un nuevo portero cuando Víctor Valdés (también por razones poco
aclaradas) había afirmado su intención irrevocable de dejar el club exponiendo
al equipo a quedar en evidencia en esta delicadísima zona del campo en caso de
lesión del guardameta titular (algo que fue exactamente lo que sucedió),
tampoco se llevó a cabo la inaplazable decisión de contratar un defensa titular
ante la evidente decadencia física de Puyol, lo que obligó a jugar con una zaga
de circunstancias prácticamente durante toda la temporada, asimismo también se
actuó como si la piedra angular del juego característico del Barça (Xavi Hernández)
fuese a jugar eternamente, permitiendo la salida del equipo del que estaba
considerado como su sucesor natural (Thiago Alcántara), el resultado fue que el
jugador egarense se ha pasado la temporada jugando a medio gas sin que nadie
parezca haberse planteado siquiera cómo piensa el equipo sustituir su cada vez
más próxima salida de la actividad profesional. Todas estas lagunas se trataron
de ocultar con uno de esos denominados”fichajes mediáticos” (termino que llegó
a nuestro fútbol con el aterrizaje de Florentino Pérez, el gran corruptor del
balompié nacional) gastando el dinero necesario para todo lo descrito
anteriormente en un futbolista que no creo que valga ni la mitad de lo que se
pagó por él y que todavía tiene muchísimo que demostrar.
Todos estos desmanes culminaron en la contratación de un
técnico muy alejado no sólo de las peculiaridades del fútbol del Barça, sino de
las de la liga española e incluso de las de las ligas europeas, un entrenador
al que se notaba que todo esto le venía demasiado grande y que fácilmente se
mostró como un individuo demasiado agradecido para oponerse a los designios
políticos de la Junta o a la voluntada de las muchas vacas sagradas que
predominaban en el vestuario.
En fin, desgracias personales, despropósitos en la gestión
deportiva, convulsiones en la gestión directiva (culminada con la TAMBIÉN
inexplicada dimisión de Rosell y su sustitución por un señor que lo primero que
tenía que haber hecho era convocar elecciones anticipadas), apatía de unos
jugadores (simbolizada por la de la máxima estrella del club) carentes de una
dirección y un mando enérgicos…el resultado ha sido un año prácticamente en
blanco (mejor será no mencionar el único título conseguido), una final de Copa
perdida debido a la indefinición en el juego y la debilidad en la defensa, una
eliminación en Champions en cuartos de final por primera vez en siete años y
una liga ridículamente regalada con una serie de derrotas ante equipo muy
inferiores, algunos de los cuales empezaran la temporada que viene en la
división de plata.
Por si fuera poco esta debacle ha venido rematada por la ya
mencionada derrota en la Copa del Rey frente al rival histórico que por
añadidura ha conseguido la tan cacareada décima con la que la merengada nos va
a torturar durante el siguiente decenio.
No sé si hemos tocado fondo pero no veo que más podría pasar
en la temporada que viene para que resultara ser peor que esta, así que será
que ya a partir de ahora sólo podemos ir hacia arriba. ¿Qué pasará entonces? se
avecinan nuevos fichajes que son bienvenidos por más que repetimos que llegan
como mínimo con un año de retraso, nos desharemos de varios jugadores que no
han dado la talla (supongo que Cesc Fábregas será uno de ellos) y todo se fía a
la llegada de un entrenador que sí puede presumir de conocer el club y su
filosofía al dedillo por más que tengo la sensación de que la Junta ha querido
contratar a “su” Guardiola particular (al igual que con Neymar quiso también
tener a “su” Messi).
Veremos qué pasa.
Nos vemos en los Mundiales.
2 comentarios:
Fichad dos porteros, cuatro defensas, tres centrocampistas y dos delanteros y asunto concluido. Y sacad alguno de la Masía para que podáis seguir hablando de filosofía y esas cosas que tanto os gustan. Y que Messi no esté muy triste que el año que viene no hay Mundial.
Una de las peculiaridades del fútbol es que los equipos funcionan a pesar de sus dirigentes. El Valencia ganó dos ligas siendo un desastre. El Madrid tiró a Lorenzo Sanz tras ganar la Copa de Europa y a Ramón Calderón tras ganar dos ligas. Laporta tuvo una moción de censura donde le votó en contra casi el sesenta por cien. No deja de tener su guasa.
A menos Laporta tenía salero, estos que le sucedieron son unos sosainas de mucho cuidado.
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