domingo, 23 de noviembre de 2014

Jornada del 22 de noviembre de 2014






Xavi es como el petróleo: sabemos que se está acabando pero no podemos encontrar alternativas viables.

 

En una semana una vez más invadida de noticias extra deportivas (una críptica entrevista a Messi en su país de origen dónde de forme deliberada o casual dejaba caer un futuro lejos de la esfera blaugrana), la gran cuestión sobre el futuro del modelo de juego barcelonista (una cuestión infinitamente más crucial que el balance del final de una temporada) sigue sin tener una respuesta satisfactoria.

 

Ayer saltó al campo el que se supone que es el equipo de gala de este año, con la única variante de Rakitic que supongo alternará su titularidad con la de Iniesta. El once culé se benefició de una estructura sólida con Xavi como gran timonel escoltado por Rakitic y apoyado por un Busquets que ayer estuvo en plena forma, atrás Piqué se reconcilió con la afición ofreciendo un partido brillante secundado por Mathieu y Jordi Alba (Dani Alves tuvo escasa participación en el juego lo que supone una buena noticia). Con estos mimbres sólo hacía falta distribuir juego al trío atacante y esperar a que pasaran cosas. Primero vino un gol de falta de Messi que por fin se sacudió de encima ese molesto record que llevaba semanas esperando batir, tras el empate accidental del Sevilla, Neymar desequilibró de nuevo y lo que siguió fue una exhibición del mejor jugador del mundo.

 

Reconfortante triunfo en juego y goles, pero seguimos sin saber qué vamos a hacer en el futuro cuando se acabe el petróleo.   

domingo, 9 de noviembre de 2014

JORNADA N+1


Lo más difícil de escribir estos comentarios es analizar la composición de un equipo que posiblemente vaya a cambiar por completo en el próximo encuentro.

 

Sería estúpido manifestarse en contra de las rotaciones, son imprescindibles dado el nivel de competición al que se enfrentan los clubes como el Barça cada temporada, pero una cosa es rotar jugadores manteniendo el sistema y otra muy distinta es rotar sistemas, esto último puede desquiciar a cualquier equipo y mucho más a los aficionados de dicho equipo.

 

El Barça saltó al campo con una nueva versión de la defensa donde a la ya acostumbrada ausencia de Piqué se unió también la del igualmente criticado Alves en un gesto que se revela de nuevo como inquietantemente dirigido a la galería. En el centro de campo otro desbarajuste con un Busquets solitario y además renqueante secundado por dos interiores que se niegan (posiblemente con razón) a tomar la batuta del equipo. Delante al sempiterno Messi le secundaron esta vez Munir y Pedro.

 

Mala primera parte con un equipo confundido y romo y con un nuevo gol encajado tras una transición en contra golpe que pilló a todo el equipo dándose la vuelta.

 

Esta vez no hubo la más mínima sutilidad a la hora de los cambios, Luis Enrique hizo saltar a Neymar y Luís Suárez nada mas empezar la segunda parte, las cosas mejoraron algo pero no terminaron de arreglarse hasta que una vez más entró Xavi. A partir de ahí entró en juego el desequilibrio de Luis Suárez que estuvo muy activo en ataque y que sirvió los dos asistencias de gol (por más que dichas asistencias fuesen rematadas con la uña por Neymar y Jordi Alba respectivamente).

 

Victoria in extremis que permite no descolgarse del grupo de cabeza pero que no despeja dudas respecto al juego del equipo y sobre todo a la falta de dirección y planificación, tanto desde el banquillo como desde el palco. La palabra ahora es desánimo.   

jueves, 6 de noviembre de 2014

.

Estoy desanimado. Nos aseguramos el pase a octavos y tendremos que jugarnos la primera plaza con el PSG. Dominio alterno y un Messi que se echó el equipo a la espalda mientras sus compañeros de ataque naufragan en banda. Bien el centro de campo aunque Rakitic todavía no sabe qué está haciendo en el equipo. Atrás bien Alba, mal Alves y bien los dos centrales.

Se batió otro puto record.  

domingo, 2 de noviembre de 2014

JORNADA N




 

 

 

Nadie puede negar que ayer no hubo suerte, cuatro balones al palo y una actuación milagrosa del portero celtiña, pero si ocasiones se hubiesen materializado en cantidad suficiente como para lograr la victoria posiblemente se habría oscurecido (como se ha comprobado en casi todas las ocasiones anteriores en que tal cosa ha sucedido) el hecho del desconcertante juego que el equipo viene practicando desde el inicio de la temporada.

 

En la parte de arriba las cosas parecen claras, el trío atacante que saltó al campo será el titular con algunas alternativas (Pedro, Munir, Sandro) preparadas si es necesario un revulsivo,  ayer Luis Suárez volvió a dar buenas sensaciones, parece el delantero perfecto que combina rapidez y potencia con una técnica depurada y una gran visión de juego, Messi y Neymar (especialmente este último) parecen estar pasando por un periodo de ofuscación pero estoy convencido de que volverán a coger la forma. Los problemas no parecen residir en la parte ofensiva del equipo.

 

Pero a partir de ahí y mirando hacia atrás la sensación es de caos, Luis Enrique parece tener un embrollo terrible que reside no ya sólo en quién tiene que ocupar qué demarcación sino en cómo debe jugar el equipo en el mediocampo y en la defensa. Ayer en la zona ancha probó con Busquets, Rafinha y Rakitc, el peso del juego en esta parte del campo recayó en el medio centro titular pero sus dos acompañantes parecían fuera de sitio y sin ninguna labor específica aparte de penetrar por banda cuando podían y apoyar puntualmente el ataque. Por detrás el entrenador prescindió de Piqué (en un gesto que pareció una vez más destinado a calmar las críticas) y jugó con Mathieu y Mascherano, bien el argentino, superado el francés que se vio en la tesitura de ser el jugador que iniciaba el ataque lo que solventó mediante pases largos y en muchas ocasiones fallidos. Por banda Alves volvió a dar un recital de errores y pases hacia la nada e incluso fue capaz de irritar a un público que hasta el momento (y de ahí el homenaje que se le dedica en la ilustración de este comentario) ha tenido una paciencia de santo.

 

En resumen el equipo tuvo muchas dificultades para sacar la pelota desde atrás y lo malo es que cuando lo hacía sólo encontraba un desierto en el mediocampo, si había suerte y encima si el balón llegaba a alguno de los cracks que formaban la tripleta atacante acababa irremisiblemente estrellado en los palos o en el cuerpo de Sergio. O sea mala planificación, mal juego y mala suerte. El gol llegó en otra indecisión defensiva y para entonces muchos ya nos conformábamos con salvar un punto.

 

Se pierde el liderato tras encajar dos derrotas consecutivas y lo peor es que tras once jornadas nadie sabe todavía de qué va esto.